Durante la cena, en casa de un amigo mío, unos de los comensales, por cierto, austriaco, comentó que en México no prosperarían los partidos políticos ni la democracia; esto debido al analfabetismo y a todos los males que la pobreza impone a la población. La afirmación me llamó la atención y la plática del resto de los comensales se centró, a partir de entonces, en ese tema.
El argumento de mi amigo austriaco, se basaba en lo que todos ya sabemos: la democracia y uno de sus instrumentos más importantes, los partidos políticos, requieren para su buen funcionamiento de ciudadanos. Éstos últimos, para ser tales, necesitan de : tener educación, derechos y obligaciones, condiciones para ser libres como individuos y una ética que los hace actuar con conciencia de su nación, el respeto a las leyes y la búsqueda del bien.
Los anteriores supuestos se cumplen en mayor o menor medida en los llamados países desarrollados y democráticos. En ellos, los partidos políticos agrupan a los ciudadanos según sus preferencias o les ofrecen plataformas de gobierno por las cuales pueden votar y así, elegir a quienes los representarán y harán las labores de gobernanza. Si los gobiernos así constituidos representan con su actuar a los gobernados o sólo a una minoría de ellos es otro tema. Aquí lo que hay que destacar es que los partidos políticos en los llamados países desarrollados, funcionan bajo los supuestos anteriores.
Cómo en América Latina, y particularmente en México, dichos supuestos no se dan o se dan de manera sumamente parcial, entonces, los partidos políticos no podrán funcionar y por eso observamos aberraciones como las que hizo y hace Andrés Manuel López Obrador, las alianzas de agua y aceite PAN-PRD-Convergencia, o los “acuerdos” PRI-PAN etc., etc.
La contundencia germana ( austriaca) del razonamiento de mi amigo me dejó perplejo, y creo que a todos los demás; pero no tardamos en recuperarnos, porque comenzaron los argumentos con hipótesis distintas. Que los otros escriban sus artículos para exponer las suyas, yo presentaré al lector la que yo propuse.
En primer lugar, dije, hay que observar que han existido partidos políticos que han funcionado (léase: tomado el poder) en condiciones que no son las de una democracia; por tanto, los partidos políticos no son instrumentos exclusivos de las democracias v.gr.: La Italia de Mussolini, la Alemania de Hitler, la Rusia de Lenin, donde sus respectivos partidos políticos tomaron el poder en circunstancias no-democráticas.
Esos partidos no ofrecían plataformas electorales para que fueran votadas por los ciudadanos y a partir de allí eligieran a sus representantes en el gobierno. Llamaron al pueblo a la organización para luchar contra quienes habían llevado a la nación a la ruina, con la clara conciencia de que debían sacarlos del gobierno por las buenas o por las malas.
Argumenté que, por ejemplo, en el caso del pueblo alemán las condiciones para una democracia estaban dadas en el momento en que el partido nazi asumió el poder; porque recién había pasado la experiencia de la república de Wiemar que culminó precisamente con el arribo de Hitler al gobierno. La existencia de la república de Weimar hace imposible negar la pre-existencia de las condiciones para la democracia en Alemania de las que hablamos antes.
Es entonces necesario concluir que existen dos tipos de entidades políticas a las que llamamos partido y que son substancialmente diferentes, porque unas, requieren de condiciones democráticas para funcionar y las otras no, y funcionan a pesar de la pobreza, el analfabetismo, la falta de ética, etc.,etc.
En mi opinión el segundo tipo de partidos políticos funciona en México y funciona bien, para disgusto de todos y de mi amigo el austriaco, quien terminó defendiéndose diciendo que él, no era alemán.
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