UNA HISTORIA BREVE
Orlando caminaba por la calle bajo un sol ardiente. La sed lo abrasaba, pero sabía que nadie le ofrecería un vaso de agua.Se había despertado muy temprano esa mañana, cuando su madre y sus dos hermanos pequeños, aún dormían. Dejó la cama sin arreglar, se puso el traje térmico que le cubría el cuerpo como una segunda piel, se miró al espejo, se peinó, verificó el adeudo en la computadora doméstica, tomó la tarjeta de pago que había dejado sobre el tocador, y salió a la calle.
Desde que comenzó la desertificación del planeta en el año 2050, la gente no acostumbraba caminar sobre la superficie, preferían emplear las vías subterráneas porque así evitaban el sol que los deshidrataba. El agua era escasa y los gobiernos de los países europeos iniciaron la política de racionar la destinada para consumo humano, y después controlaron la que se usaba para la agricultura y la industria. Para el año 2060 la situación fue desesperante: Los Estados Unidos de Norteamérica promovieron un pacto internacional entre las naciones poderosas, para controlar las reservas mundiales de agua. Los países del tercer mundo sufrieron la sequía más espantosa de la que hubieran tenido memoria. El continente africano casi se despobló y su flora y fauna prácticamente desaparecieron, mientras que fuertes corrientes migratorias invadieron Europa y los Estados Unidos.
Orlando apresuró el paso pero, a pesar del traje térmico, comenzó a transpirar y se detuvo, respiró profundo, se tranquilizó y reanudó su andar con paso lento. No debía sudar, llevaba 12 horas sin tomar agua y cualquier desequilibrio de sales en su cuerpo podía ser fatal.
La Empresa le había suspendido el suministro de agua, y su familia, como pudo, reunió la cantidad para pagar el recibo de ese mes. Fue difícil porque su madre había enfermado y parte del dinero lo habían empleado para comprarle sus medicamentos.
Estaba preocupado, aunque había salido de su casa a las siete de la mañana, el fulgor del sol era intenso y sus rayos, reflejados en el piso, las ventanas y hasta en las paredes de las casas, acentuaban el calor a esa temprana hora. El traje térmico que llevaba lo ayudaba a retener el agua de su cuerpo. Había otros de mejor calidad; pero en su condición, tuvo que conformarse con uno que compró en la barata del almacén del gobierno de la ciudad.
Quería apresurar el paso, pero su miedo a perder agua era más fuerte; sin embargo, tenía que pagar su adeudo ese mismo viernes, so pena de no recibir agua por más días y la de la cisterna de casa se estaba agotando.
La Empresa, como la llamaban todos, era la proveedora mundial de agua. Desde que el físico y químico J.V. Stolnikov descubrió el procedimiento para obtener agua en laboratorio en el 2055, La Empresa compró la patente y nadie más en el mundo producía o distribuía agua. El procedimiento consistía en sintetizar el líquido para después inyectarlo en las cavernas subterráneas, a fin de que se mineralizara, y fuera apta para el consumo humano o agrícola. Mediante un extenso y complejo sistema de acueductos, el agua era distribuida a los centros de acopio donde la bombeaban a los domicilios, y al resto de los puntos de consumo.
El mundo no tenía ya problemas con las reservas de agua; pero el costo fue privatizar su producción para hacer aquello posible, ya que los gobiernos no tenían el capital suficiente para operar una empresa de esa envergadura. Desde entonces todas las personas u organizaciones del planeta, le compraban agua a la Empresa.
Los agricultores, y Orlando era uno de ellos, a pesar de sus importantes avances en biotecnología, mismos que permitían que variedades transgénicas de plantas redujeran casi al 30% su consumo de agua, dependían totalmente de los suministros de La Empresa. Lo mismo sucedía con la industria y los servicios; y a pesar de esa dependencia, nadie se quejaba de La Empresa, porque sus precios eran razonablemente bajos y su eficiencia indiscutible.
Orlando pudo ver a lo lejos el enorme edificio de la benemérita institución. Sus colores rojo y blanco eran inconfundibles:World Water Incorporation le daba seguridad al mundo moderno. Se decía que a finales del siglo XX la Empresa producía una especie de agua mezclada con un jarabe azucarado de color obscuro que, aún cuando entonces había agua, la gente consumía con placer.Tenía entonces otro nombre que Orlando no recordaba. Después del descubrimiento de Stolnikov, la Empresa no volvió a producir esa bebida y se concentró en la producción y distribución mundial de agua. A pesar de su avanzada tecnología, el sistema de cobro de La Empresa, cuando el pago no se lograba descontar de alguna tarjeta de crédito, era muy primitivo, había que ir personal mente al cajero automático y realizar el depósito correspondiente, una vez efectuado el pago, dos horas después, se reanudaba el suministro de agua potable.
Orlando llegó al cajero y tomó su lugar en la fila. Más de sesenta personas hacían cola, y cada una pasaba por turno a realizar su pago atrasado. Una vez que lo hacían, se podía ver en su rostro la alegría y respiraban con tranquilidad. Orlando seguía esperando su turno. Eran ya casi las once de la mañana y faltaban aún veinte personas para que le tocara pasar.
Cuando alguien se paraba frente al cajero, la voz melodiosa de una chica saludaba al cliente y después de verificar su clave, le indicaba el monto actualizado de su pago, el usuario introducía su tarjeta que de inmediato era registrada por el cajero automático, quien después de un “estamos para servirle, gracias”, emitía un recibo.
Orlando observaba nervioso su reloj, la sed y el calor lo tenían exhausto, sólo pensaba en regresar a su casa, abrir la llave de agua y beber hasta saciarse. A su madre y hermanos, les prepararía una jarra de agua fría con un poco de fruta y después tomaría un baño para dormir un poco.
La voz femenina del cajero lo hizo reaccionar. Introdujo su recibo y la máquina verificó su estado de cuenta, Orlando esperaba la notificación del monto de pago, cuando la voz melodiosa le informó: “ Lo sentimos mucho, el turno ha terminado, le agradeceremos que pase el lunes próximo a realizar su pago. Estamos para servirle, gracias.”
TENDENCIAS EN LA CIENCIA MODERNA
En los últimos decenios, la ciencia nos ha sorprendido con sus avances; pero algunas tendencias permanecen invariantes. La mayor producción de descubrimientos científicos se observa en tres regiones del mundo: Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Por otra parte, las condiciones sociales en las que actualmente se desarrolla el conocimiento, van configurando un papel de la ciencia en la que ésta, contribuye a la privatización de la naturaleza. Es a esto a lo que llamo el “Efecto Orlando”.
Cada vez es más notable la importancia de la participación del capital privado transnacional, en los proyectos científicos de mayor relieve. En el caso de la física, por ejemplo, la verificación de algunos de los postulados de la teoría de las supercuerdas, es imposible sin una enorme inversión en laboratorios, que un solo país no puede costear.
Sin duda, se hará necesaria la participación de dos o mas naciones, y el correlativo capital privado, para poder construir los equipos que requiere la física postrelativista para llevar a cabo sus experimentos. De comprobarse la veracidad de la teoría de las supercuerdas, sería previsible la unificación de la física, para dar lugar a una sorprendente Teoría del Todo (T.O.E, por sus siglas en inglés) . Las implicaciones de este logro afectarán profundamente, ni duda cabe, el posterior desarrollo de la humanidad. Si esto ocurre, habrá que preguntarse muy seriamente acerca del control que la sociedad será capaz de ejercer sobre los desarrollos tecnológicos subsecuentes, o si estos quedarán circunscritos al control privado de empresas archimillonarias.
Algunos estudios, señalan la forma en como el proceso del desarrollo científico está siendo orientado para producir el “Efecto Orlando”. De acuerdo con ellos, el desarrollo de las ciencias se está dando en condiciones en las que existe una cada vez mayor “coordinación” entre los equipos científicos y diversos actores no-científicos, bien ubicados en el mercado . Esta “coordinación”, provoca que la orientación de la investigación vaya, de la esencialmente académica, a la utilitaria. Por otra parte, las motivaciones de los científicos se están centrando más en la búsqueda de incentivos derivados de la comercialización de sus investigaciones, que del sólo reconocimiento de sus pares.
Esto ocurre ya en el campo de la medicina y la biología. El desarrollo de vacunas ( y en esto el caso de las investigaciones sobre el SIDA , son aleccionadoras), plantea de manera más clara esta tendencia de la ciencia moderna. Son las empresas privadas, las que con sus poderosos recursos financieros, podrían decidir el rumbo de la medicina.
Aunque tal vez de manera menos dramática, lo mismo sucede con las investigaciones sobre el genoma humano. Una de las descripciones más completas sobre los códigos del ADN, son propiedad de una empresa privada: la Celera Genomics Group; pero lo más grave, es que las patentes y el acceso a las bases de datos de esta empresa y otras, están protegidos por el secreto comercial, además, la atribución de patentes excesivamente amplias, que abarcan a la vez el gen y sus utilizaciones, puede frenar la dinámica de la investigación y favorecer la aparición de monopolios en el campo de la salud.
En el campo de la alimentación , la ingeniería genética ha hecho posible la producción de vegetales transgénicos con cualidades que la naturaleza no les proporcionó, y que además son registrados con derechos reservados a las empresas que los crearon . En contraparte, y sólo para resaltar este nuevo papel de las ciencias en el proceso de privatización de la naturaleza, no se reconoce la autoría, y los derechos que se derivarían de ella, de los pueblos indígenas de México en la producción de una enorme variedad de maíces, que a lo largo de siglos fueron adaptando a diversas regiones geográficas.
Dejo de lado muchos otros aspectos del desarrollo de la ciencia moderna que podrían ilustrar el “Efecto Orlando”; pero quiero resaltar los esfuerzos que hoy realizan los Estados Unidos de Norteamérica , para preservar el equilibrio ecológico en algunas regiones del mundo, una de ellas, la comprendida entre Chiapas y Panamá.
No puedo dejar de pensar en que detrás de este loable esfuerzo, se oculte la intención de empresas transnacionales por estudiar y preservar material genético que permita “replicar”, en condiciones controladas, especies de plantas o hasta de animales para fines comerciales y políticos, y restarle así a los países latinoamericanos una ventaja competitiva.
La posibilidad de un escenario futuro cuya tendencia actual he intentado describir, brevemente, obliga a los filósofos y sociólogos de la ciencia a reflexionar acerca, no sólo de la naturaleza del conocimiento científico y su ética, es decir, de su propósito último centrado en el bienestar humano, sino además, en la política que habrá de normar el desarrollo del conocimiento en su relación con la sociedad y la naturaleza.
La cuestión va más allá de la reflexión académica, llega a los ámbitos de nuestra conciencia moral , o de la misma teología, para quien así lo quieran ver, después de todo, hasta donde sabemos, Dios no registró patente.
NOTAS PARA EL LECTOR CURIOSO.
En seguida propongo algunas obras y lugares de consulta, en los que el lector curioso puede confirmar, o ampliar alguna información sobre el tema, los números están asociados a las afirmaciones del texto anterior:
La narración con la que inicié este artículo, la presenté en el 9º Encuentro Mundial por la Fraternidad Humana, que se celebró en la ciudad de Oaxaca, el 12 de julio de 2002.
Un estudio interesante sobre la ciencia moderna es el de Braun/Glänzel/Súber. “Las grandes tendencias de la ciencia mundial”. Que está disponible en: www.unesco.org/courier/1999_05/sp/dossier/txt21.htm . Consultado el 7 de junio de 2009
Con relación al tema de la privatización de las condiciones en las que se produce el desarrollo científico, fue Polanyi uno de los primeros en destacarla. Ver: Polanyi Karl. The Great Tansformation: The Political and Economic Origins of Our Times, Boston, Beacon Press. 1944.
Para el tema de la teoría de las supercuerdas, el lector puede consultar la obra de Greene Brian: “El universo elegante. Supercuerdas, dimensiones ocultas y la búsqueda de una teoría final. Crítica-Planeta.2002.
Para tener un ejemplo de una política de la ciencia que impulsa los intereses del mercado, se puede leer el artículo de Hebe Vessuri, jefa del Departamento de Estudios sobre las Ciencias del Instituto Venezolano de Investigación científica, donde se afirma: “Ante esa debilidad, la comunidad científica se resiste a modificar sus prioridades y a fijarse objetivos más pragmáticos que se ajusten al mercado (. . .) En los últimos años, esas empresas ( se refiere a las poderosas empresas transnacionales. S.H) están tomando conciencia de que existen en la región recursos humanos y laboratorios de excelente nivel y empiezan a recurrir a ellos, lo que podría dar nuevo impulso a la investigación científica”. Vessuri Hebe. “Ciencia y Conciencia en América Latina.”1999.
Kazancigil Ali. “El “buen gobierno” y la ciencia: los modos, similares al mercado, de regir a la sociedad y de producir conocimientos”. http://www.unesco.org/issj/rics155/kazancigilspa.html
Dice Rafael Rangel: “ Por ejemplo, en el sector biomédico(. . .) de no ser por los Institutes of National Health de los estados Unidos, no se podrían realizar en ese país investigaciones sobre enfermedades “no rentables” como las parasitarias que afectan a los paises tropicales, entre ellas la malaria,Chagas, leishmaniasis, y schistosomiasis. Estas investigaciones han dado importantes conocimientos básicos que sirven de apoyo para preparar vacunas y medicamentos. Sin embargo, ahora cuando se descubre que una sustancia liberada por los glóbulos blancos, la IL12, puede tener significativos efectos terapéuticos sobre esas enfermedades, las empresas Hoffmann, LaRoche y Genetics Institute, que detentan las respectivas patentes sobre esa biodroga, se oponen a realizar pruebas clínicas en esas enfermedades, dejando sin esperanzas a ochocientos millones de pacientes de los países en desarrollo”. Rangel Andao Rafael. “El dilema de los dogmas y el financiamiento de la ciencia.” Revista “Venezuela Analítica”. Revista electrónica bilingüe. Nº 8 Octubre 1996. http://www.analitica.com/archivo/vam1996.10/sxxi4.htm
En una revista electrónica especializada se dice: “. . . las industrias farmacéuticas suelen comercializar sus productos primero en los paises de mayores recursos, en los cuales los consumidores pueden pagar su precio completo, compensando los gastos de la producción. Después de un tiempo (calculado en general en quince años) el precio se reduce, y los gobiernos de los paises pobres pueden acceder a ellos. Este fenómeno se ha producido con vacunas como las de la hepatitis B y el Haemophilus influenzae de tipo b, produciendo como consecuencia millones de muertes que podrían haberse evitado.
En el caso del VIH, un retraso de cinco años entre la aprobación de la vacuna y su llegada a los paises pobres podría significar la cantidad adicional de hasta 30 millones de personas infectadas.”En “ VIH: Los paises pobres podrían no acceder a la vacuna”. WWW.saludpublica.com/ampl/ampl08/ago051.htm
Se puede consultar la obra de Cassier Maurice: “Bien privado, bien colectivo y bien público en la era de la genómica”. En Revista Internacional de Ciencias Sociales. Nº 171. Marzo del 2002.
En el sector agrícola, las diez empresas productoras de semillas más importantes del mundo son: Pioneer Hi Bred Intl. (USA); Novartis (Suiza); Limagrain (Francia); Advanta, filial de Zeneca/Van der Have ( Países Bajos); Grupo Pulsar (México) Sakata (Japón); Takii (Japón); Dekalb Plant Genetics (USA); KWS (Alemanía) y Cargill (USA).
La era de los denominados “alimentos transgénicos” para el consumo humano directo se abrió el 18 de mayo de 1994, cuando la Food and Drug Administration de Estados Unidos, autorizó la comercialización del primer alimento con un gen extraño: el tomate “Flavr-Savr”, obtenido por la empresa Calgene.
Léase esto con atención: “ Las investigaciones sobre los OGM (Organismos Genéticamente Manipulados), realizadas sobre todo por el sector privado, tienen un coste muy elevado y sólo serán rentables por sus aplicaciones industriales. De ahí la necesidad aparente, en el sistema económico actual, de patentar cada descubrimiento. Consecuentemente, el agricultor podría verse en la obligación de volver a comprar simientes cada año( si utilizamos las nuevas tecnologías para el control de la expresión genética de los vegetales, por ejemplo) o incluso la investigación pública no podría efectuarse sin autorización de las firmas privadas. La patente de estos descubrimientos podría conllevar la privatización de un patrimonio colectivo: la vida”. (El subrayado es mío.S:H.).SOLGRAL. “El campo de las incertidumbres”. www.unesco.org/most/ogm.htm
En el texto principal del atículo, me refiero al proyecto de Corredor Biológico Mesoamericano que se desarrolla bajo los auspicios del Banco Mundial. Consultar : www.ghrc.nsstc.nasa.gov/ccad/espanol/
Sobre el tema de la vinculación de la ciencia y el mercado, la UNESCO ha formulado una tímida aproximación al problema que nos ocupa. Ver UNESCO. “Declaración sobre la ciencia y el uso del saber científico” Adoptada por la Conferencia mundial sobre la ciencia, el 1º de julio de 1999.
El tema daría para mucho más, pero dejo al lector la iniciativa de hacer sus propias pesquisas, y tener así una opinión personal sobre un asunto de vital importancia.
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