En el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) las cosas están cambiando: los despidos masivos de personal por contrato, reubicación de personal administrativo de base y el cierre de algunas oficinas, parecen anunciar que las cosas no serán como antes. No obstante, la configuración administrativa del IEEPO, obedece a su propia historia y a ciertas condiciones particulares, comentemos algunas.
Las tres delegaciones sindicales, cuyos afiliados ofrecen sus servicios en las oficinas centrales del IEEPO, han mantenido una tensa relación con el resto de la Sección 22 del SNTE, a la cual pertenecen. De ellas, la D-III-4 es la delegación sindical más numerosa, las otras dos, son las de primaria y educación indígena.
Estas tensiones, son una consecuencia del bajo nivel de productividad y desempeño de los empleados administrativos. Los maestros y personal ubicado en las escuelas, se quejan constantemente del retraso en sus trámites de: pagos, licencias, jubilaciones, cambios de adscripción etc., todo ello atribuible al desempeño de los trabajadores administrativos y a las constantes tomas del IEEPO.
Durante las administraciones de los gobernadores Diódoro Carrasco y José Murat, los empleados administrativos fueron evaluados en su desempeño por al menos dos programas (“Ciudadano Sorpresa” y “Usuario Simulado”) y obtuvieron calificaciones inferiores a 54 puntos ( Máximo=100) y observaciones tales como: “el personal se ausenta de la oficina”, “las mujeres tejen o venden productos”, “comen en su escritorio”, “no son amables”, todo en horas hábiles.
Por su parte, los trabajadores de las oficinas centrales del IEEPO, se quejaban de que los maestros tomaban constantemente el IEEPO y no les permitían desempeñar sus labores y que los padres de familia o las comunidades quejosas, secuestraban al Instituto dejando a las madres encerradas con grave perjuicio para sus hijos, a quienes no podían recoger de sus escuelas. Hubo ocasiones en que quienes tomaron el IEEPO, golpearon al personal administrativo y dañaron sus vehículos y propiedades, o bien pasaron un buen susto con una amenaza de bomba o un temblor.
Esto último, se agrava porque el edificio central del IEEPO, está en malas condiciones. Pensado para albergar a un número determinado de personal, hoy trabajan en el edificio central tres o cuatro veces más gente de lo debido. El peso que soportan los pisos superiores es dos o tres veces superior al que fue calculado para su servicio y se corre el riesgo de que en un temblor colapsen. No hay salidas adecuadas de emergencia, ni rutas de evacuación libres de obstáculos; en este sentido, cabe destacar en particular que quienes trabajan en el área de la dirección general laboran en una trampa mortal. Todo esto fue señalado en su momento a las autoridades correspondientes, y desconozco si han tomado recientemente cartas en el asunto.
Bajo esta situación, el personal de las oficinas centrales, fue bajando aún más su nivel de desempeño, al grado que, al menos desde 1995, se incrementó la contratación por honorarios de personal de confianza, para poder resolver las tareas urgentes y necesarias que requieren el servicio educativo y la atención al personal docente y directivo.
Los constantes paros y tomas del IEEPO y los hechos antes mencionados, obligaron a rentar edificios para oficinas alternas, donde por lo regular se adscribía a personal de confianza contratado por el régimen de honorarios. El crecimiento del personal administrativo, no sólo afectó al de honorarios; el personal con “plaza” se incrementó a más de 13 mil personas en todo el estado, sin contar aquellos comisionados en las áreas bajo el control de la Sección 22, quienes ostentan en su mayoría plazas docentes.
Puse la palabra plaza entre comillada, porque al personal administrativo que ha sido contratado del año 2000 al 2010, le fue asignada una clave que no cuenta con el respaldo presupuestal necesario, ya que la SEP no ha autorizado plazas de Personal de Apoyo y Asistencia a la Educación (PAAE) desde hace ya mucho tiempo.
El personal de confianza y las oficinas alternas fueron de gran utilidad al IEEPO en administraciones anteriores, cuando, debido a los frecuentes conflictos intrasindicales, las oficinas centrales estaban prácticamente inhabilitadas y el sindicato exigía pronta solución a sus demandas, lo cual podría parecer incongruente, pero así era; quienes sacaban finalmente al “buey de la barranca” eran las oficinas alternas y su personal de confianza.
Un ejemplo reciente fue el de quienes iniciaron sus trámites para la jubilación. Debido a la incertidumbre y el desconocimiento de las reformas a la ley del ISSSTE, un gran número de docentes y PAAE decidieron jubilarse. El personal de base de las oficinas de personal, no sólo no se dieron abasto, sino que hacían tortuguismo para que les fueran pagadas horas extras y en algunos casos, sólo trabajaban las horas extras y no lo hacían eficientemente en las horas regulares. La decisión de las autoridades y del propio sindicato, fue habilitar oficinas alternas de personal para desahogar los trámites.
Ahora las autoridades del IEEPO están dando término a los contratos de una gran cantidad de personal de confianza, algunos con muchos años de antigüedad y con un desempeño muy eficiente. Supongo que la D-III-4 y las otras dos delegaciones han convenido, al fin, con la Dirección General, elevar su productividad y mejorar su desempeño; porque si continúan con el mismo nivel de burocratización de antes, tarde se le hará a las nuevas autoridades para comenzar a contratar en abril de este año, al personal con el que desahogarán todas las exigencias de los niveles educativos y de la propia Comisión Política de la Sección 22, así como rehabilitar espacios para poder hacerlo. Espero sinceramente que no sea el caso y que de verdad las cosas cambien.
sábado, 29 de enero de 2011
domingo, 23 de enero de 2011
EL PRI: MANZANA DE LA DISCORDIA
En el campo de la política, el poder no es algo que resulte de un simple desplazamiento de los contrarios por el grupo vencedor; si bien implica una competencia, en ocasiones ruda, la victoria de un grupo sobre los otros nunca es absoluta, y la derrota tampoco es definitiva. El poder en la política es algo que se negocia permanentemente.
Se podría alegar que hay casos en los que un actor social prácticamente elimina a sus oponentes y asume de manera total el poder; es cierto, pero cuando eso sucede, casi siempre el triunfador hace uso de la fuerza o la violencia armada y eso ya no es política, es la guerra. En Oaxaca, los actores políticos no llegan aún al conflicto bélico, siguen, con todo y ciertas irregularidades, ubicados en el campo de la política.
La alianza que respaldó la candidatura del actual gobernador Gabino Cué Monteagudo, se enfrentó en la etapa electoral a un PRI desgastado por sus problemas internos, desprestigiado ante la opinión pública nacional e internacional después del conflicto del 2006 que ciertamente no supo manejar, pero sobre todo, la alianza gabinista tuvo ante sí a un PRI rechazado por un gran número de ciudadanos cansados de su estilo autoritario y patrimonialista de gobernar durante más de ochenta años.
La alianza triunfadora, por su parte, supo diseñar e instrumentar una estrategia correcta, con la que pudieron convocar a la ciudadanía y hacer valer su voto, ganaron las elecciones, pero hoy muestran su vulnerabilidad al verse en la necesidad de mantener su estatus construyendo su poder mediante la continua negociación con una gran diversidad de actores políticos. Lo anterior no es algo incorrecto, al iniciar este artículo dije que el poder se construye con base en negociaciones; pero es el caso que, si no se planean cuidadosamente las “asimilaciones” al poder, puede devenir en un caos, y en vez de establecer un equilibrio, puede provocar conflictos.
Al actual bloque gobernante se le plantearán varias situaciones interesantes durante su gestión (2010-2016). Durante los primeros dos años, de los cuales uno corre ya, su relación con el gobierno panista de Felipe Calderón está siendo muy cuidadosa, casi diplomática, pues de esa relación depende el flujo de recursos hacia el estado. De entrada, el gobierno calderonista ya envío un mensaje: no habrá transferencia masiva e incondicional de recursos. Felipe Calderón observará, hasta el más mínimo detalle, el desempeño del gobierno de Gabino Cué en los aspectos prioritarios para aquel; uno de esos aspectos, es la carrera hacia el 2012.
Las relaciones del actual gobernador de Oaxaca con Marcelo Ebrar y con Andrés Manuel López Obrador, sugieren que sus favores se orienten al apoyo de cualquiera de los dos personajes, quienes quieren asumir la presidencia de la república. Lo anterior implicaría una ruptura con el PAN y desde luego con el gobierno de Felipe Calderón; si esa fuera la situación, ¿qué pasará con los panistas que hoy forman parte del gobierno del estado? Hay quienes piensan que un escenario nacional que reproduzca la experiencia de Oaxaca en el 2012 es posible, si así fuera, un posible candidato a la presidencia, sería el propio gobernador de Oaxaca, quien ya fue probado en los hechos; pero hasta ahora, ese escenario es poco probable.
El tema sobre el que reflexionamos no es de ningún modo trivial para el actual bloque gobernante, del 2013 al 2016, ¡cuatro años! La administración de Gabino Cué Monteagudo, se desarrollará bajo los dictados de quien triunfe en las próximas elecciones federales, de modo que es crucial diseñar una estrategia que dé respuesta a diversos escenarios.
Uno de ellos, es el que se configura si el PRI gana las elecciones del 2012. La probabilidad de que Enrique Peña Nieto gane las elecciones no es nada despreciable, en las recientes encuestas de orientación del voto, se lleva más del 50% de las preferencias. La posibilidad de este escenario, sugiere la necesidad de que el gobernador Gabino Cué, identifique un canal de interlocución con el eventual presidente Peña Nieto, que desde luego deberá tener sello priísta. ¿Estará este canal de interlocución en proceso de construcción? Puede ser. Los priístas oaxaqueños lo saben y eso explica en parte su lucha interna por adueñarse de la dirección del Partido Revolucionario Institucional.
La dificultad de los priístas reside en la diversidad de sus intereses y es muy difícil imaginar que logren pactar motu proprio. Quizás por eso ha ido ganando adeptos la idea de que sea el comité ejecutivo nacional del PRI quien convoque a la unidad en Oaxaca mediante un delegado fuerte y neutral. Mientras tanto, los diferentes grupos, incluyendo al de Eviel Pérez Magaña, actual dirigente de ese partido, han roto lanzas por sus propios intereses y sostienen ahora una lucha encarnizada.
No será fácil renovar a la dirigencia del PRI, como algunos desean; quien se proponga sustituir al actual presidente de ese partido, deberá aparecer ante los priístas como alguien probo, de reconocida militancia y sobre todo, sin compromisos con ninguna de las facciones en pugna. Si el comité ejecutivo nacional no “amarra” al sustituto de Eviel Pérez Magaña, lo hará el bloque gobernante en Oaxaca, porque será un elemento estratégico en un escenario nacional en el que el PRI gane las elecciones presidenciales. Si por el contrario, el comité ejecutivo nacional respaldara a la actual dirigencia del PRI en Oaxaca, Eviel Pérez Magaña sería el hombre fuerte, por su cercanía con Enrique Peña Nieto, con todo lo que ello implica.
Así pues, el PRI en Oaxaca es un elemento clave a considerar para reconfigurar la nueva base del poder del actual bloque gobernante ¡paradojas de la política! Por eso ahora, ese partido es la manzana de la discordia.
Se podría alegar que hay casos en los que un actor social prácticamente elimina a sus oponentes y asume de manera total el poder; es cierto, pero cuando eso sucede, casi siempre el triunfador hace uso de la fuerza o la violencia armada y eso ya no es política, es la guerra. En Oaxaca, los actores políticos no llegan aún al conflicto bélico, siguen, con todo y ciertas irregularidades, ubicados en el campo de la política.
La alianza que respaldó la candidatura del actual gobernador Gabino Cué Monteagudo, se enfrentó en la etapa electoral a un PRI desgastado por sus problemas internos, desprestigiado ante la opinión pública nacional e internacional después del conflicto del 2006 que ciertamente no supo manejar, pero sobre todo, la alianza gabinista tuvo ante sí a un PRI rechazado por un gran número de ciudadanos cansados de su estilo autoritario y patrimonialista de gobernar durante más de ochenta años.
La alianza triunfadora, por su parte, supo diseñar e instrumentar una estrategia correcta, con la que pudieron convocar a la ciudadanía y hacer valer su voto, ganaron las elecciones, pero hoy muestran su vulnerabilidad al verse en la necesidad de mantener su estatus construyendo su poder mediante la continua negociación con una gran diversidad de actores políticos. Lo anterior no es algo incorrecto, al iniciar este artículo dije que el poder se construye con base en negociaciones; pero es el caso que, si no se planean cuidadosamente las “asimilaciones” al poder, puede devenir en un caos, y en vez de establecer un equilibrio, puede provocar conflictos.
Al actual bloque gobernante se le plantearán varias situaciones interesantes durante su gestión (2010-2016). Durante los primeros dos años, de los cuales uno corre ya, su relación con el gobierno panista de Felipe Calderón está siendo muy cuidadosa, casi diplomática, pues de esa relación depende el flujo de recursos hacia el estado. De entrada, el gobierno calderonista ya envío un mensaje: no habrá transferencia masiva e incondicional de recursos. Felipe Calderón observará, hasta el más mínimo detalle, el desempeño del gobierno de Gabino Cué en los aspectos prioritarios para aquel; uno de esos aspectos, es la carrera hacia el 2012.
Las relaciones del actual gobernador de Oaxaca con Marcelo Ebrar y con Andrés Manuel López Obrador, sugieren que sus favores se orienten al apoyo de cualquiera de los dos personajes, quienes quieren asumir la presidencia de la república. Lo anterior implicaría una ruptura con el PAN y desde luego con el gobierno de Felipe Calderón; si esa fuera la situación, ¿qué pasará con los panistas que hoy forman parte del gobierno del estado? Hay quienes piensan que un escenario nacional que reproduzca la experiencia de Oaxaca en el 2012 es posible, si así fuera, un posible candidato a la presidencia, sería el propio gobernador de Oaxaca, quien ya fue probado en los hechos; pero hasta ahora, ese escenario es poco probable.
El tema sobre el que reflexionamos no es de ningún modo trivial para el actual bloque gobernante, del 2013 al 2016, ¡cuatro años! La administración de Gabino Cué Monteagudo, se desarrollará bajo los dictados de quien triunfe en las próximas elecciones federales, de modo que es crucial diseñar una estrategia que dé respuesta a diversos escenarios.
Uno de ellos, es el que se configura si el PRI gana las elecciones del 2012. La probabilidad de que Enrique Peña Nieto gane las elecciones no es nada despreciable, en las recientes encuestas de orientación del voto, se lleva más del 50% de las preferencias. La posibilidad de este escenario, sugiere la necesidad de que el gobernador Gabino Cué, identifique un canal de interlocución con el eventual presidente Peña Nieto, que desde luego deberá tener sello priísta. ¿Estará este canal de interlocución en proceso de construcción? Puede ser. Los priístas oaxaqueños lo saben y eso explica en parte su lucha interna por adueñarse de la dirección del Partido Revolucionario Institucional.
La dificultad de los priístas reside en la diversidad de sus intereses y es muy difícil imaginar que logren pactar motu proprio. Quizás por eso ha ido ganando adeptos la idea de que sea el comité ejecutivo nacional del PRI quien convoque a la unidad en Oaxaca mediante un delegado fuerte y neutral. Mientras tanto, los diferentes grupos, incluyendo al de Eviel Pérez Magaña, actual dirigente de ese partido, han roto lanzas por sus propios intereses y sostienen ahora una lucha encarnizada.
No será fácil renovar a la dirigencia del PRI, como algunos desean; quien se proponga sustituir al actual presidente de ese partido, deberá aparecer ante los priístas como alguien probo, de reconocida militancia y sobre todo, sin compromisos con ninguna de las facciones en pugna. Si el comité ejecutivo nacional no “amarra” al sustituto de Eviel Pérez Magaña, lo hará el bloque gobernante en Oaxaca, porque será un elemento estratégico en un escenario nacional en el que el PRI gane las elecciones presidenciales. Si por el contrario, el comité ejecutivo nacional respaldara a la actual dirigencia del PRI en Oaxaca, Eviel Pérez Magaña sería el hombre fuerte, por su cercanía con Enrique Peña Nieto, con todo lo que ello implica.
Así pues, el PRI en Oaxaca es un elemento clave a considerar para reconfigurar la nueva base del poder del actual bloque gobernante ¡paradojas de la política! Por eso ahora, ese partido es la manzana de la discordia.
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jueves, 6 de enero de 2011
NUEVO GOBIERNO MUNICIPAL EN JUCHITÁN
El primero de enero fueron renovados los ayuntamientos municipales en todo el estado, el cambio no estuvo exento de problemas; pero en Juchitán donde se presagiaba tormenta, la transmisión de poderes se dio en paz.
Desde hace ya mucho tiempo, más de tres décadas, la población de Juchitán ha visto su suerte: empresas que abandonan el municipio por los chantajes de los grupos que antes formaban parte de la COCEI; narcotráfico y la lógica violencia, secuestros y miedo; la propiedad privada está constantemente amenazada, como lo prueban las continuas invasiones a terrenos de particulares, mismos que después tienen que negociar la recompra de sus propiedades con los delincuentes; un acelerado y desordenado crecimiento urbano; servicios públicos que no funcionan con un mínimo de calidad; desempleo galopante; un deterioro ambiental espantoso; alta morbilidad y una alarmante polarización del ingreso y la educación: por un lado una minoría muy rica con altos niveles de instrucción y por otra una mayoría depauperizada y casi analfabeta.
Los últimos gobiernos priístas no tuvieron la capacidad de remediar estos males y los coceístas sufrieron una descomposición que los hizo peores que los anteriores. Por eso la actual administración del Dr. Daniel Gurrión de sello priísta tiene un reto formidable. Cometerá un error si piensa que el gobierno se puede integrar como antaño, con mafias de un solo color o bajo la presión de los poderosos grupos de interés. En estos tiempos los gobiernos deben integrarse a partir de definir objetivos, metas y estrategias claras y precisas; y con fundamento en lo anterior, pensar en los hombres y mujeres más aptos para llevar a cabo las tareas, lo que no excluye la estrategia de concertar alianzas con la sociedad civil e instituciones especializadas que pueden prestar ayuda al municipio.
Desde luego que la disponibilidad de recursos presupuestales acotará las metas a lograr, pero marcado el rumbo, la tarea es darle continuidad al buen ejemplo, nadie espera que los problemas se resuelvan de un día para otro. Y en todo esto juegan un papel importante el apego a la ley, la transparencia en el manejo de los asuntos públicos, la honestidad y humildad de los servidores públicos, su entrega al servicio y la eficacia de su desempeño.
Hace unos días nos reunimos en Juchitán un grupo de nativos del lugar, además de la consabida plática recordando los viejos tiempos, se tocó el tema del nuevo gobierno municipal. Todos nos mostramos esperanzados sin que nuestras distintas filiaciones ideológicas nos impidieran coincidir en que Juchitán necesita acciones y unidad, ¿Pero qué acciones?
Uno de mis ex compañeros de secundaria dijo algo importante: Es urgente empezar por lo primero, comenzar con las cosas pequeñas pero indispensables para la convivencia. Vimos con buenos ojos que a los diez minutos después de hacer la protesta de ley, Daniel Gurrión se dirigiera con su gente al crucero de la carretera Panamericana donde, desde hacía dos o tres semanas, no funcionaban los semáforos y en cinco minutos volvieron a funcionar.¡ Eso es lo que hay que hacer! Coincidimos todos. Igual con los servicio municipales, comenzando por la policía y los vendedores ambulantes; después vendrán los grandes proyectos.
Otro comentó que una prioridad impostergable es formular un plan maestro de desarrollo urbano, y desde luego el Plan de Desarrollo Municipal; pero el primero hace mucho que ni siquiera se menciona. Otros coincidieron en señalar la urgencia de hacer respetar la ley y el derecho a la propiedad; no se puede impulsar el desarrollo si la ley se negocia o si no se respeta el fruto del trabajo propio y ajeno.
En mi opinión, apunté, no debe postergarse la solución al problema del rezago educativo. La brecha entre quienes tienen una alta escolaridad y los que no la tienen, es cada vez más preocupante en Juchitán.
Las ideas comentadas en esa reunión informal de amigos sentados relajadamente debajo de un frondoso árbol, frente al palacio municipal, aunque interesantes no dejan de ser buenos propósitos, que en nada modifican la realidad que hoy vive el pueblo juchiteco. Pero otra cosa son las acciones que ese pequeño grupo promueve para coadyuvar al desarrollo y al buen gobierno.
Sin pretender grandes cambios, los grupos: Bini neza guiá’ (Gente de arriba), la Fundación histórico cultural Juchitán y el Grupo Cultural Gugu Huinni ( Tortolita), unen esfuerzos para impulsar el desarrollo cultural de Juchitán. El plan de trabajo para este 2011, pronto dejará sentir sus efectos. Sería muy importante contar con el apoyo de las nuevas autoridades a las cuales, ni se les pide dinero, ni recursos materiales ni humanos, sólo se les solicita establecer las condiciones legales y en algunos casos el apoyo a la gestoría que estos grupos requieren para realizar sus obras.
Espero que la unidad de los actores políticos prevalezca por encima de sus intereses particulares y que se piense más en hacer desde la sociedad civil, que en chantajear al gobierno o a las empresas productivas. Juchitán bien vale eso y más.
Desde hace ya mucho tiempo, más de tres décadas, la población de Juchitán ha visto su suerte: empresas que abandonan el municipio por los chantajes de los grupos que antes formaban parte de la COCEI; narcotráfico y la lógica violencia, secuestros y miedo; la propiedad privada está constantemente amenazada, como lo prueban las continuas invasiones a terrenos de particulares, mismos que después tienen que negociar la recompra de sus propiedades con los delincuentes; un acelerado y desordenado crecimiento urbano; servicios públicos que no funcionan con un mínimo de calidad; desempleo galopante; un deterioro ambiental espantoso; alta morbilidad y una alarmante polarización del ingreso y la educación: por un lado una minoría muy rica con altos niveles de instrucción y por otra una mayoría depauperizada y casi analfabeta.
Los últimos gobiernos priístas no tuvieron la capacidad de remediar estos males y los coceístas sufrieron una descomposición que los hizo peores que los anteriores. Por eso la actual administración del Dr. Daniel Gurrión de sello priísta tiene un reto formidable. Cometerá un error si piensa que el gobierno se puede integrar como antaño, con mafias de un solo color o bajo la presión de los poderosos grupos de interés. En estos tiempos los gobiernos deben integrarse a partir de definir objetivos, metas y estrategias claras y precisas; y con fundamento en lo anterior, pensar en los hombres y mujeres más aptos para llevar a cabo las tareas, lo que no excluye la estrategia de concertar alianzas con la sociedad civil e instituciones especializadas que pueden prestar ayuda al municipio.
Desde luego que la disponibilidad de recursos presupuestales acotará las metas a lograr, pero marcado el rumbo, la tarea es darle continuidad al buen ejemplo, nadie espera que los problemas se resuelvan de un día para otro. Y en todo esto juegan un papel importante el apego a la ley, la transparencia en el manejo de los asuntos públicos, la honestidad y humildad de los servidores públicos, su entrega al servicio y la eficacia de su desempeño.
Hace unos días nos reunimos en Juchitán un grupo de nativos del lugar, además de la consabida plática recordando los viejos tiempos, se tocó el tema del nuevo gobierno municipal. Todos nos mostramos esperanzados sin que nuestras distintas filiaciones ideológicas nos impidieran coincidir en que Juchitán necesita acciones y unidad, ¿Pero qué acciones?
Uno de mis ex compañeros de secundaria dijo algo importante: Es urgente empezar por lo primero, comenzar con las cosas pequeñas pero indispensables para la convivencia. Vimos con buenos ojos que a los diez minutos después de hacer la protesta de ley, Daniel Gurrión se dirigiera con su gente al crucero de la carretera Panamericana donde, desde hacía dos o tres semanas, no funcionaban los semáforos y en cinco minutos volvieron a funcionar.¡ Eso es lo que hay que hacer! Coincidimos todos. Igual con los servicio municipales, comenzando por la policía y los vendedores ambulantes; después vendrán los grandes proyectos.
Otro comentó que una prioridad impostergable es formular un plan maestro de desarrollo urbano, y desde luego el Plan de Desarrollo Municipal; pero el primero hace mucho que ni siquiera se menciona. Otros coincidieron en señalar la urgencia de hacer respetar la ley y el derecho a la propiedad; no se puede impulsar el desarrollo si la ley se negocia o si no se respeta el fruto del trabajo propio y ajeno.
En mi opinión, apunté, no debe postergarse la solución al problema del rezago educativo. La brecha entre quienes tienen una alta escolaridad y los que no la tienen, es cada vez más preocupante en Juchitán.
Las ideas comentadas en esa reunión informal de amigos sentados relajadamente debajo de un frondoso árbol, frente al palacio municipal, aunque interesantes no dejan de ser buenos propósitos, que en nada modifican la realidad que hoy vive el pueblo juchiteco. Pero otra cosa son las acciones que ese pequeño grupo promueve para coadyuvar al desarrollo y al buen gobierno.
Sin pretender grandes cambios, los grupos: Bini neza guiá’ (Gente de arriba), la Fundación histórico cultural Juchitán y el Grupo Cultural Gugu Huinni ( Tortolita), unen esfuerzos para impulsar el desarrollo cultural de Juchitán. El plan de trabajo para este 2011, pronto dejará sentir sus efectos. Sería muy importante contar con el apoyo de las nuevas autoridades a las cuales, ni se les pide dinero, ni recursos materiales ni humanos, sólo se les solicita establecer las condiciones legales y en algunos casos el apoyo a la gestoría que estos grupos requieren para realizar sus obras.
Espero que la unidad de los actores políticos prevalezca por encima de sus intereses particulares y que se piense más en hacer desde la sociedad civil, que en chantajear al gobierno o a las empresas productivas. Juchitán bien vale eso y más.
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