martes, 29 de junio de 2010

¿COUP D’ÉTAT?

El martes, en plena crisis política nacional, tuve la oportunidad de observar a un líder magisterial oaxaqueño, quien desde la comodidad de un café destinado para el placer de lo que llaman la “ burguesía”, dirigía a sus combativas bases por medio de su celular blackberry , para bloquear comercios y oficinas públicas sin hacerle daño al recinto de paz en el que él se encontraba. No tuve hasta ahora, la intuición más clara de quiénes son los que ahora dirigen al magisterio en Oaxaca.

La neo izquierda magisterial, nació en la comodidad de las compraventas que dejan altas utilidades, sin temer la represión de un Estado que todo lo negocia, hasta la aplicación de la ley, en medio de una falsa lucha donde el metal más peligroso que reciben es la plata en forma de millonarios cañonazos, nada de plomo ni malos tratos, para esta izquierda aristocrática.

La nueva izquierda aristocrática ha lanzado su consigna: insurrección civil en Oaxaca si Gabino Cué pierde las elecciones. La extrema derecha del PAN les aplaude la ocurrencia y el EPR también, aunque este último, señala que la lucha por la democratización del país, que incluye la lucha contra el PAN , debe continuar. Esto le dolió a la izquierda aristocrática del magisterio que vive hoy un tórrido romance con la ultraderecha. No crea el lector que es una contradicción, un absurdo, no, no, de ninguna manera, son en el fondo lo mismo; sólo que los del PAN dicen creer en Dios y adoran al dinero, y los otros adoran al dinero y se proclaman ateos. El orden no altera el producto.

El asesinato del candidato del PRI al gobierno del Tamaulipas, el Dr. Rodolfo Torre Cantú, marca el claro intento, según lo declararon los priístas de Puebla, de fraguar un plan en el que la Presidencia de la República no está exenta de responsabilidades. Después de la emboscada donde fue victimado el candidato priísta quien tenía fuertes posibilidades de triunfar en las votaciones, un diputado petista llamó a cancelar las elecciones en los 12 estados de la república, incluyendo Oaxaca. En mi opinión esta tímida propuesta tenía como propósito sondear el ánimo nacional; fracasó, el PRI sostuvo su posición de que habrá elecciones caiga quien caiga. El PRD está desconcertado y recurre al expediente de señalar al crimen organizado, como si el crimen organizado se limitara al narcotráfico. Los otros partidos siguen a sus aliados en las buenas y en las malas, no saben qué hacer, sólo responden de modo automático y acrítico. En ese sentido el asesinato tuvo su efecto: el desconcierto.

Si el ejecutivo federal cree que militarizando al país tomando como pretexto el narcotráfico, y que a la sombra de asesinatos políticos, puede construir una alianza que le dé poderes extraordinarios, que signifiquen en los hechos un golpe de estado, está jugando con fuego. Espero estar totalmente equivocado en mis especulaciones, pero temo que en el fondo tengan algún fundamento.

El presidente Calderón, dice el editorial de A Diario de martes 29, ha perdido el juicio y parece estar dispuesto a incendiar al país con tal de mantener al PAN en el poder, no sé si en su persona o en la figura de algún sucesor, pero al parecer, Carlos Castillo Peraza tenía razón: no parece confiar en nadie, no encuentra aún su alter ego.

En el peligroso juego que parece traman la ultraderecha, los maestros de Oaxaca serán los encargados de iniciar la insurrección “democrática” que le haga el trabajo sucio. Vendrán después otros hechos de sangre en Oaxaca y otros estados y se desencadenará la lógica de un Coup d ´État.

Si la izquierda aristocrática cree que tendrá entonces los mismos privilegios que ahora, o que los dejarán continuar en las calles haciendo y deshaciendo; no tienen la menor idea de lo que están ayudando a construir. El magisterio oaxaqueño, a pesar de su tamaño, no está forjado en la verdadera lucha popular: es un niñato, un niño con gigantismo. Su debilidad es la de ser una izquierda aristocrática, no tiene la fuerza de una izquierda forjada como el acero en la lucha sin concesiones. Simplemente no sobreviviría a una dictadura.

Lo grave del asesinato del Dr. Rodolfo Torre Cantú, no es sólo que el crimen organizado haya actuado (¿quienes ordenaron su muerte, estaban seguros que ganaría?), si no la forma en cómo se está utilizando este artero crimen y los movimientos colaterales.

En Oaxaca, a pocas horas del asesinato, la señora Irma Piñeyro, candidata a gobernadora por el PANAL, declinó a favor de Gabino Cué, por instrucciones de Elba Esther Gordillo. Los maestros un día antes se pronuncian por la insurrección si no gana Gabino, los dirigentes panistas apoyan la idea; arrancan las acciones para producir el caos que justifique la anulación de las elecciones, misma que exigió un diputado panista después del asesinato del candidato priísta. Hechos coincidentes.

En el asesinato de Torre Cantú hay cosas que llaman la atención:

Primero, ningún vehículo parecía circular por ese tramo de la carretera a la hora de la masacre, lo que sugiere que hubo un bloqueo que aisló a los asesinos y a las víctimas.

Segundo, conocían los movimientos del candidato a la gubernatura y se comunicaron para asestar el golpe en un lugar adecuado para sus fines.

Tercero, por la posición de los vehículos de la comitiva y la posición de los cuerpos, estos fueron detenidos, no se les disparó en movimiento, lo que sugiere que algo los detuvo ¿se hubieran detenido si vieran a narcos armados? ¿O qué fue lo que sucedió?

No podemos descartar ninguna hipótesis, este atentado y los movimientos políticos que desencadenó, ponen en riesgo al país, no debemos jugar con fuego.

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