sábado, 5 de marzo de 2011

¿OAXACA EN LA REVOLUCIÓN?

Hace unas semanas concerté una entrevista con el diputado local Perfecto Quero Mesinas, para comentarle algunas ideas. Las propuestas tenían que ver con el centenario de la revolución (2010), misma que pasó sin pena ni gloria, pero sí con gastos que realizó el gobierno y que no quedan al parecer muy claros. Todo lo anterior, porque el año 1911 tiene una particular importancia para Oaxaca, debido a que fue en ese año en el que los movimientos revolucionarios se manifestaron con mayor intensidad en nuestra entidad, por lo que 2011 debería ser el año de la Revolución en Oaxaca y no sólo el 2010. Algunos amigos me dicen que sucede algo similar con el año de 1811.

Quería platicar con el mencionado diputado, sobre la importancia del movimiento chegomista en el Istmo (1911) y la conveniencia de que se realizaran algunas actividades públicas, con el propósito de que los oaxaqueños recordaran o conocieran de esos hechos y reflexionaran sobre ellos; después de todo, la historia alecciona y para la educación cívica de los niños y jóvenes estas cosas son de mucha utilidad. Desafortunadamente el señor diputado no asistió a la cita y ya nada se pudo tratar con él.

La Fundación Cívico Cultural A.C. de Juchitán, Oaxaca, propuso al Cabildo de aquel municipio, y deseaban hacer lo mismo con el diputado Quero Mesinas de la actual legislatura, que este año se honrara y difundiera la gesta chegomista; desde luego, esto era una propuesta a discutir; pero el sólo hecho de hacerlo en el congreso, le hubiera dado cierta relevancia y difusión. Lástima que no fue así.

Pasado el trago amargo, me enteré, hace sólo unos días, que el gobierno del estado, por medio de la Secretaría de Cultura, presentará el libro de Elisa Ramírez Castañeda: Cuarenta días que conmovieron al Istmo. Hemerografía, documentos y testimonios del movimiento chegomista. Juchitán 1911. (Gobierno del Estado de Oaxaca. Secretaría de Cultura. 2010, 485 páginas). La obra incluye un disco compacto con documentos electrónicos de diferentes fondos y archivos. Este libro fue editado y publicado por la administración de Ulises Ruiz, pero por alguna razón será presentado al público hasta ahora.

El título recuerda aquel de John Reed, “Diez días que conmovieron al mundo”, que es una crónica de los días en que se gestó la toma del poder en la Rusia zarista por el partido bolchevique, dirigido por Vladimir Ilich Ulianov, Lenin. El de Elisa Ramírez, es diferente, narra y presenta abundante documentación de la rebelión, contra el gobierno de Benito Juárez Maza, de ese controvertido personaje que fue José F. Gómez.

Elisa Ramírez pinta a un Che Gómez de carne y hueso con : intereses personales, pasiones, errores, virtudes y lo más importante, un fuerte compromiso con sus paisanos. Todos los actores son retratados con la crudeza que propicia el publicar cartas y telegramas confidenciales, reportes de una prensa que no siempre fue objetiva, documentos que a veces hacen dudar de su condición legal y todo se adereza con testimonios de personas que vivieron esos aciagos días. Los partidos Rojo y Verde, el gobierno del estado y el propio Madero, aparecen en medio de intrigas, titubeos, violencia y muertes. Las conclusiones y enseñanzas que se pueden derivar de lo que Elisa Ramírez nos presenta, es otro asunto; pero irresistiblemente, me lleva a comparar aquellos tiempos revueltos del régimen maderista, con lo que pasa hoy en Oaxaca.

En el gobierno de la alternancia y los mejores hombres, despachan en la administración gabinista importantes personajes del ulisismo. Una mezcla informe de grupos de interés invade las oficinas de gobierno. Los golpes bajos y las intrigas están al orden del día, los antiguos aliados amenazan con romper los compromisos asumidos con el actual gobernador y la Sección XXII del SNTE, no tardará en demostrarle a Cué, que no tiene amigos, sino intereses.

El gobierno no parece tener rumbo, un día anuncia una comisión para formular el plan de gobierno y al siguiente decide hacer foros de consulta. Otro día se le ocurre volver a convocar a otros foros de consulta para, ahora sí, elaborar el plan de gobierno, y al siguiente, el gobernador presenta un programa de desarrollo social, sin tener todavía un plan estatal. ¿Y los foros?

El director general del IEEPO declaró que la Auditoria Superior de la Federación encontró en Oaxaca posibles desvíos de recursos y que el gobierno tendrá que regresar el dinero, 40 millones de pesos de sueldos de comisionados en la Sección XXII que no se debieron pagar, y que ello los obliga a “una revisión a fondo de la presunta operación fraudulenta”.

Nadie le dijo al funcionario que ese problema tiene ya años de discutirse, no sólo por Oaxaca, sino por TODOS LOS ESTADOS DE LA REPÚBLICA, que reclaman a la federación que no fueron ellos quienes acordaron con el SNTE el tema de los comisionados sino la SEP, es decir el gobierno federal, y que ahora la ASF les finca responsabilidades que lesionan la economía de las entidades. ¿De dónde entonces la “revisión a fondo”? El gobierno no sólo parece no tener rumbo, sino una asombrosa falta de información sobre temas muy delicados del estado y por lo mismo hace declaraciones irresponsables.

Todo esto me lleva de regreso al Oaxaca de 1911, cuando los maderistas (algunos recién llegados al movimiento) con más entusiasmo que claridad, intentaban limpiar el gobierno de porfiristas. En todo el estado se denunciaba a éste o aquel personaje de ser un falso maderista, o un porfirista encubierto. Lo curioso del caso, es que en el gobierno del estado había varios distinguidos ex-porfiristas, que ahora hacían eco de las demandas de los maderistas de Oaxaca. Por otra parte, la relación con los empresarios extranjeros y los locales, casi no se modificó, algunos jefes políticos y presidentes municipales porfiristas, se declaraban ahora maderistas y “juaristas”, y exigían castigo o hasta muerte para quienes no deseaban democracia y soberanía para el pueblo y seguía rindiendo tributo, según ellos, al tirano ya en el exilio.

No afirmo que la historia se repite; pero me parece que esas coincidencias son suficiente razón para que nuestros diputados se interesen por los temas de nuestra historia. Algo se podría aprender y quizás hasta evitar errores del pasado. De cualquier manera, felicito a Elisa Ramírez Castañeda por la excelente obra que nos ofrece.

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