martes, 14 de septiembre de 2010

POLÍTICAS PÚBLICAS Y REZAGO EDUCATIVO EN OAXACA.

En el año 2001, el gobierno de Oaxaca se preocupaba por el servicio público de educación superior en el estado. La reducida cobertura del subsistema, su débil capacidad para retener la matrícula, amén de serias dificultades para el desarrollo de la investigación científica, y en el caso de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” su crónica conflictividad y acendrada crisis, probablemente llevaron al entonces gobernador del estado José Murat, a buscar una salida que permitiera presentar como la obra educativa de su sexenio, un despegue de la educación superior en Oaxaca sería conveniente.

Un año antes el gobierno de la república de Cuba, había anunciado su política de generalizar la educación superior en la isla. Parecía algo demasiado ambicioso aún para los cubanos quienes habían logrado abatir el analfabetismo, hicieron realidad la universalización de la educación básica ( primaria y secundaria), además, todos los niños lactantes, maternales y preescolares estaban siendo atendido y la educación media superior se expandía por toda la isla; de modo que había que pensar que el comandante Fidel Castro hablaba en serio.

En vista del interés del gobierno del estado por dar un nuevo impulso a la educación superior, recomendé entonces, la conveniencia de estudiar el caso cubano, aprender de él cuanto fuera posible y evaluar la posibilidad de aplicar su experiencia en tierras oaxaqueñas. Mis contactos con un sector del mundo académico de la isla y cierta amistad con algunos funcionarios del gobierno cubano facilitaron el que estuviera al tanto de lo que ahí se hacía.

Por otra parte, en Oaxaca, un grupo de especialistas del Instituto Tecnológico de Oaxaca, habían diseñado un modelo de educación superior no presencial que prometía éxito en la empresa. Sus principales características eran: su operación se apoyaba en tecnología de vanguardia en educación no presencial; bajo costo en infraestructura y mantenimiento y muy alta calidad en el profesorado, ya que se podían contratar profesores sin necesariamente desplazarlos de sus lugares de operación académica, gracias a la posibilidad de las clases virtuales y a la asistencia por la vía de la Internet que ya entonces era posible.

El gobierno de Oaxaca me comisionó para entablar pláticas con el gobierno cubano y estudiar su experiencia. Mi objetivo era analizar lo que sucedía en Cuba y evaluar la factibilidad de combinar el modelo cubano con el de educación no presencial que se había desarrollado en Oaxaca, y desde luego su aplicación en las condiciones del estado.

Viajé a la Habana varias veces con esos propósitos y durante esos viajes, me enteré de la causa que en realidad motivaba la política de “universalizar la educación superior”, como un objetivo para fortalecer el avance del socialismo en Cuba; pero de eso me ocuparé en otra ocasión.

De las pláticas con el Vice Ministro encargado de la educación superior en el país, obtuve el acuerdo para que el gobierno cubano nos “asistiera” en nuestros proyectos, con un pequeño costo: aplicar su modelo de alfabetización. En aquel año, la alfabetización no era la prioridad del gobierno del estado, de modo que se me indicó que aceptara el ofrecimiento tomándolo como un modelo piloto, junto a otro de educación básica que después recibió el nombre de MECEOAX-21( Mejoramiento de la Calidad Educativa para el Estado de Oaxaca).

Así fue como finalmente en noviembre de 2003, se firmó el convenio con el gobierno cubano para instrumentar su modelo de alfabetización y el de calidad educativa como proyectos pilotos, en el marco de los cuales, se mantendría la colaboración para avanzar en lo que era la prioridad del gobierno del estado: la educación superior.

El XII Censo General de Población y Vivienda 2000, reportó 457, 212 analfabetas de 15 años o más para el estado de Oaxaca; por su parte, el II Conteo de Población y Vivienda 2005, contabilizó 437, 397 analfabetas, en ese mismo rango de edad.

Reducir a un porcentaje marginal de 4% a la población analfabeta, significaba en el año del 2003, alfabetizar a 438, 923 adultos. Si tomamos las cifras del conteo 2005, reducir el analfabetismo al 4% significaba alfabetizar a 419,901 adultos.

En diciembre de 2004, o enero del 2005, no recuerdo bien, un alto funcionario del gabinete del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, me pidió que elaborara, con base en mi experiencia anterior, un ante proyecto de alfabetización. Acepté el encargo y trabajé en dicho ante-proyecto; recuerdo que cuando lo presenté en una sala del hotel Misión San Felipe, recomendé que, si se aplicaba un programa de alfabetización, se tuviera cuidado de considerar lo siguiente:

a. El programa podría iniciarse como una campaña intensiva de alfabetización en los 40 0 50 municipios que concentran mayor cantidad de población analfabeta en la entidad ( cerca del 40 0 50% del total).
b. La segunda etapa debería continuar en los 100 municipios que concentraran mayor cantidad de población analfabeta hispanohablante, por al menos durante los dos años siguientes ( 2006-2007), mientras se podría avanzar en paralelo preparando materiales para la alfabetización en lengua indígena.
c. Que la alfabetización en lengua indígena se asociara a programas de desarrollo social, con prioridad en las mujeres y adultos mayores y que en ese contexto, se realizaran los trabajos de dotarlos de las habilidades de lecto-escritura y matemáticas elementales, en un ambiente alfabetizador bien definido.
d. Que las metas de alfabetización fueran de 15 o 20 mil personas al año, al principio, aunque las metas de incorporación triplicaran las de alfabetización; y que posteriormente se fueran incrementando.

Posterior a la presentación del ante-proyecto, se realizaron en el IEEPO reuniones de análisis con diferentes dependencias expertas para precisar el diagnóstico y las metas posibles. Quien esto escribe coordinó los trabajos intersectoriales, mismos que entiendo le fueron presentados al gobernador del estado.

Desconozco por qué el programa de alfabetización Margarita Maza de Juárez, abandonó las recomendaciones que inicialmente habían hecho los expertos; y quién o quiénes recomendaron al gobernador del estado las metas desproporcionadas que adoptó el programa

Ignoro todo lo anterior, pero sé que participaron los expertos cubanos ampliando el marco del acuerdo firmado en el 2003, pero ahora en el programa finalmente autorizado por el ejecutivo y que lo hicieron en un contexto diferente al que dio inicio su participación en Oaxaca.

Me parece poco objetivo afirmar que sólo siendo una formación social comunista o socialista, se pueda alfabetizar a la población hasta lograr porcentajes marginales de analfabetismo.

Lo que parece cierto es que la entidad responsable de ejecutar el programa de alfabetización Margarita Maza de Juárez, no logró las metas que se propuso, según lo han declarado a la prensa escrita. ¿Qué sucedió entonces con los recursos autorizados? ¿ Por qué se ha dicho que el programa se cancela si no media un decreto o acuerdo del ejecutivo al respecto? Qué pasará con quienes sufrieron el pago del impuesto para la alfabetización, ¿se les devolverá su dinero en la misma proporción en que las metas no fueron alcanzadas?

Sabemos que en Oaxaca no está reglamentada la responsabilidad en la que incurre una administración que no cumple con las metas propuestas en su plan de gobierno. Podría ser un avance el que la próxima legislatura estudiara el caso del programa de alfabetización Margarita Maza de Juárez y formulara normas al respecto, porque la tarea de alfabetizar y reducir el rezago educativo en Oaxaca, parece ser, a la luz de lo que hoy se ha dado a conocer, una tarea inconclusa.

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