jueves, 23 de agosto de 2007

PENSAR EN EL SER URBANO: EL PROBLEMA DEL TRANSPORTE

Samael Hernández Ruiz


En una reunión con el precandidato del PRI a la presidencia del municipio de Oaxaca, el licenciado José Antonio Hernández Fraguas, comentó acerca del problema de tránsito vehicular y de lo grave que puede llegar a ser si no se adoptan soluciones de fondo.

Comentó el precandidato que en la ciudad de Oaxaca circulan todos los días, aproximadamente 120 mil vehículos, mismos que al emplearse varias veces por sus propietarios, cuadriplicaban la intensidad del tráfico, lo que empeora la situación de conductores, pasajeros y peatones.

Si omitimos considerar los serios daños ambientales que produce el tráfico vehicular excesivo, nos quedan aún los daños que ocasiona a la vida y salud de las personas que habitamos, trabajamos o visitamos la ciudad.

¿Cómo resolver un problema que es complejo, porque además de combinar una multiplicidad de intereses responde ciertamente a una también variedad de necesidades?

Mi propuesta es que pensemos en las personas y dejemos de pensar en los vehículos. Con frecuencia los funcionarios públicos pretenden resolver el problema de la circulación de los vehículos y no las necesidades de transporte de las personas. En efecto, la creación de anchas avenidas, periféricos, pasos a desnivel, segundos pisos, estacionamientos, parquímetros etc., buscan solucionar el problema de la circulación de los artefactos y no el de las personas. El caso es que se confunden porque suponen que, al viajar personas en el interior de los artefactos, están resolviendo sus problemas: falso. Ninguna ciudad resolverá el problema de la saturación de las vías de circulación vehicular frente a un crecimiento incontrolado de esos artefactos, porque es física y matemáticamente imposible.

Si cambiamos el enfoque y pensamos en las personas, el problema tiene visos de solución. Habrá que suponer entonces que las personas se trasladan porque necesitan hacerlo, si no fuera así, no lo harían o lo harían con menos frecuencia. El punto clave entonces es reducir las necesidades de movilizarse de las personas, acortando las distancias de sus casas a los centros donde satisfacen sus necesidades. Con lo anterior, esperaríamos que la necesidad de transporte de las personas se reduciría en proporción inversa a la distancia a la que se encuentran los satisfactores de sus necesidades.

Un ejemplo quizás ilustre la propuesta: los padres necesitan llevar a sus hijos a la escuela, lo que los obliga a transportarse en un vehículo público o privado, si la escuela no está cerca de su casa, utilizarán sus vehículos al menos dos veces al día . Si las escuelas, mediante consenso, decidieran dar prioridad a la inscripción de los vecinos y cada colegio de la ciudad hiciera lo mismo, es probable que la circulación vehicular se reduzca.

Si hiciéramos lo anterior con todos los servicios públicos donde fuera posible este ejercicio de desconcentración, es aún más probable que la circulación vehicular se reduzca. Desde luego, el caso extremo de esta manera de resolver las cosas se observaría si nadie tuviera necesidad de salir de sus casas o barrios, entonces simplemente no habría circulación vehicular. Pero esto no es posible, de modo que siempre habrá problemas de circulación que resolver, pero ahora en condiciones diferentes.

No podemos lograr acortar todas las distancias y satisfacer las necesidades de las personas totalmente in situ; pero si diversificamos los tiempos en los que satisfacen o cubren sus necesidades, obtendremos un efecto similar. En otras palabras, que unos se queden en casa y otros salgan; pero no todos.

Las oficinas públicas tienen, a diferencia del sector privado, la posibilidad de reorganizar con menos problemas para las dependencias, los horarios de sus empleados. Si lográramos que las oficinas de gobierno tuvieran horarios escalonados de sus empleados, al menos reduciríamos la circulación vehicular excesiva en las horas pico. Si una medida similar se aplicara a algunas otras actividades comunes, podríamos tener el efecto parcial de no salir de casa.

Con lo anterior he querido dar sólo un ejemplo de lo que se puede lograr si pensamos en las personas y no en los vehículos.

Junto a estas medidas habrá que adoptar otras que involucrarán a los artefactos, me refiero a la creación de redes de transporte eficiente y eficaz. No hay que investigar mucho para darse cuenta de la falta que nos hace el ferrocarril en la ciudad. Hace tiempo el tren recorría las rutas de Etla a Zimatlán y de Oaxaca a Tlacolula, esas rutas ferroviarias han desaparecido y sería de gran utilidad rehabilitarlas y modernizarlas. ¿El costo? Tengan la seguridad de que es una buena inversión y que los gastos efectuados serán de sobra recuperados. Además, el ferrocarril tiene muchas otras ventajas además de no contaminar y de tener uno de los mejores índices de consumo de energía por unidad transportada.

Finalmente esas medidas deberán enmarcarse en un plan de desarrollo urbano a largo plazo diseñado para que la población viva mejor en una ciudad agradable, que por otra parte, ni siquiera es nuestra, sino de la humanidad toda.

domingo, 5 de agosto de 2007

Resurge la masoneria en Oaxaca

Estuvo de fiesta la masonería en Oaxaca este sábado 21 de julio. En efecto, después de un desayuno en el hotel Hacienda la Noria, quienes constituirían el capítulo Oaxaca del rito York, se dirigieron a la vecina ciudad de Ocotlán.

En este tranquilo y hermoso lugar de los valles centrales, se realizaron los trabajos para constituir el Capítulo Oaxaca de Masones del Real Arco, organización masónica del rito yorkino. Con la presencia de importantes personalidades del Gran Capítulo de los Estados Unidos Mexicanos como: el Dr. Carlos Quintanilla Yerena, El Dr. Sergio Fish Leather, del Maestro Alejandro Reyes Bravo, además del Maestro Andrés Sánchez Juárez, los trabajos se realizaron en el marco, previamente consagrado, de la excatedral de Santo Domingo Ocotlán, edificio hermosamente restaurado gracias a la incansable labor del maestro Rodolfo Morales, continuada después por su voluntad, por la Fundación que lleva su nombre.

El rito yorkino, considerado por los expertos como el más apegado a la ancestral tradición masónica, agrupa a un verdadero cuerpo de élite de los Hijos de la Viuda; quizás por eso, el Gran Capítulo de masones del Real Arco hayan decidido instalar en Oaxaca, estado en el que se vive un relajamiento de la masonería, un capítulo yorkino para reforzar esta noble tradición juarista.

No faltan quienes asocian la instalación de un capítulo del rito York con la crisis política que hoy vive Oaxaca al calificarlo un intento de las altas esferas de la masonería por sustituir con hombres de probada honestidad y capacidad a los desgastados clanes de la política local y evitar con ello que la ultraderecha se apodere de los espacios de poder o la ultraizquierda lleve a la ruina a Oaxaca y a México.

Los masones niegan enfáticamente que su orden tenga que ver con la política, las ansias de poder o con rituales inconfesables. Por el contrario, afirman que la Orden es una institución de hombres libres que ponen lo mejor de ellos al servicio de la humanidad, para lo cual se forman en una rígida disciplina, en la práctica de altos valores morales y en el constante ejercicio de su razón.

El general Antonio de León podría ser un ejemplo de lo anterior. Prohombre oaxaqueño del siglo XIX, fue el representante del rito yorkino en Oaxaca y quien impulsó su institución en el estado. Sin embargo, por alguna razón, fue el rito escocés el que se extendió en nuestro territorio, por eso los hoy nuevos Maestros de la Marca, piensan que la constitución de un capítulo yorkino establece un hito en la historia de la masonería en nuestra entidad al representar la continuación de la obra del general Antonio de León después de más de un siglo de impasse.

Después de sus trabajos preliminares, los miembros instituyentes del rito yorkino, fueron invitados a comer en la Casa Museo de Rodolfo Morales. Entre risas y comentarios alegres, los masones disfrutaron de las ricas viandas oaxaqueñas con ese inconfundible sabor ocoteco

El turismo recreativo puede no venir aquí por temor a los disturbios y por la mala propaganda que le han hecho al estado, decía uno de los comensales, pero nosotros los masones debemos estar donde más se nos necesita y ahora es Oaxaca.


Después de comer y escuchar las palabras de quienes los llamaban a continuar con ahínco los pesados trabajos de pase de un rito a otro, el grupo se retiró a su claustro y terminó sus trabajos cerca de la media noche.

Comenzaron a circular rumores de que fuerzas federales habían llegado a la ciudad de Oaxaca, de que los grupos extremistas de la APPO y la Sección 22 del SNTE se preparaban para sabotear las fiestas del Lunes del Cerro; se les preguntó que opinaban al respecto. Un alto dignatario masón comentó que lamentaban lo que ocurría en el estado; pero que la Orden no tenía ingerencia en la política, que su labor se orientaba en principio en fomentar la práctica de las virtudes. No nos apresuran ni las críticas ni las crisis, dijo, haremos lo que nos corresponde con un alto sentido de la responsabilidad para con nuestra institución y nuestros semejantes. En este momento nuestra tarea es fortalecer y apoyar a la masonería en Oaxaca. Es falso que seamos una élite, estamos abiertos a todos los hermanos, pero somos muy selectivos porque no queremos poner en riesgo el cumplimiento de nuestros compromisos.

Comenzaba a llover de nuevo en Ocotlán. Un cielo encapotado no dejaba ver las estrellas; pero un extraño brillo nebuloso iluminaba la noche como si miles de astros pulverizados incendiaran las nubes con su luz fría. Uno por uno los masones comenzaron a abordar sus autos tratando de cubrirse de la pertinaz llovizna.

Sonriente, me despedí de ellos con el brazo en alto. Sabrán cumplir con su cometido. ¡Qué así sea!, pensé, preparándome ya para volver a Oaxaca.

domingo, 15 de julio de 2007

LA ESCUELA JUCHITAN

Tenía siete años cuando comencé a asistir a las clases de primaria en el Centro Escolar “Juchitán” fundado en 1939, en la ciudad del mismo nombre, en el Istmo de Tehuantepec. Mi madre había insistido en que se me inscribiera a los seis años; pero la decisión de mi abuela pesó más porque, según ella, yo era muy pequeño para esos quehaceres.

Finalmente me inscribieron. Los niños de entonces empezábamos las clases en enero, siguiendo uno de los dos calendarios escolares que estaban vigentes en el país. Aún cuando en Juchitán el clima es cálido, en enero se sentía el frío del invierno tropical que apenas comenzaba. Era el año de 1962.

Tengo recuerdos muy vívidos de esos años. Me habían inscrito en el grupo de primer grado en el que era maestro el profesor José Regalado. Un hombre alto y corpulento, de voz gruesa y conducta bromista que yo no notaba en aquellos días; por el contrario, me infundía temor. Tengo la imagen de un hombre gigantesco que intentaba ser agradable, pero cuya amabilidad se perdía en esa gran masa corpórea que lo caracterizaba.

El primer día, formado con el resto de los niños en uno de los enormes patios de la escuela, me atemorizaba perderme y por accidente pasar al grupo de otro maestro. No sé porqué pensaba eso, pero la preocupación de que ocurriera me angustiaba. Recuerdo que en un momento de confusión un niño me jaló del brazo y me colocó en una fila que iniciaba su marcha. Ví con horror cómo el torrente de esos pequeños cuerpos arrastraba al mío y me alejaba de la fila original. Tal vez quise llorar, no recuerdo, pero después de todo las cosas salieron bien, porque la fila en la que me había incluido mi anónimo salvador, era precisamente la del grupo del maestro José.

Durante el segundo y el tercer grado de primaria, mi maestra fue la profesora Gloria Tejeda. En el cuarto, el maestro Juan Villalobos; en el quinto el maestro Anatolio Hernández y en sexto el inovidable maestro Daniel Matus. De todos ellos guardo un grato recuerdo y mi más profundo agradecimiento. Todos ellos trabajaron y se esforzaron por nosotros sus alumnos y pueden estar tranquilos y satisfechos: lo hicieron bien.

Con todo, la figura central era la del gran mentor juchiteco, el director de la escuela, el maestro Sergio Martínez Martínez ( Ta Checo). Un personaje entrañable por su entrega a la labor educativa. Sufrió las injusticias de una administración centralista cuando intentaron arrebatarle en 1959 su centro de trabajo; pero su calidad profesional y la amistad de no pocos padres de familia y amigos leales, obligaron a las autoridades a reinstalarlo.

No puedo olvidar a otros personajes de mi escuela: José María Fuentes (Ta Chema) y Bernardo (a) “Malinche”. Ambos intendentes que además de las tareas de limpieza y apoyo a la dirección, durante el recreo se encargaban de cuidar el portón de la escuelas para que los niños no pudiéramos abandonar el edificio. Don Chema ocupó largo tiempo el cargo de intendente, después se jubiló y lo sustituyó “Malinche”, feroz guardián de ese templo del saber, cuyas aventuras, ciertas o imaginarias, eran la delicia de algunos niños y el terror de otros.

El Centro Escolar “Juchitán” ofrecía sus servicios en un gran edificio de estilo moderno, de dos plantas y cuatro grandes patios en los que corríamos y jugábamos cientos de niños en los ratos libres. En el lado norte de la escuela está la iglesia de San Vicente Ferrer, patrón de Juchitán , por el lado sur, la casa del General Heliodoro Charis Castro y al frente está el parque “Revolución” con sus frondosos árboles, sus canchas de básquetbol y sus bancas de concreto.

Por las tardes ese parque se llenaba de esas aves de plumaje negro que aún abundan en Juchitán: los zanates cuyos cantos anuncian la proximidad del crepúsculo y la hora de la cena para algunos. Los jóvenes y adultos se congregaban en ese parque para refrescarse, jugar en sus canchas o simplemente para descansar después de un día ajetreado. Los niños no gustábamos de ir al parque a esas horas, nos bastaba con haber jugado en él durante los breves momentos de antes y después de la jornada escolar. En ese parque se hacían grandes bailes los domingos o los días festivos, pero eso era para nosotros un mero rumor o historias que contaban los adultos.

Si el inicio de mi experiencia escolar fue de temores y angustias, con el tiempo la escuela Juchitán se convirtió en el centro de mi vida. Asistir a clases por la mañana y por la tarde ejercitarme en la caligrafía y los trabajos manuales se volvió algo anhelado, aunque debo reconocer que a mi madre le costaba un poco de esfuerzo el despertarme para bañarme, vestirme y mandarme a la escuela; pero después de esos tropiezos matutinos, todo lo demás se daba con facilidad y alegría.

De los buenos amigos con los que compartí esos felices años, recuerdo a Emilio, a Jesús ( el Dormis), a Perico, a Popo, a Romanita y tengo la imagen mental de muchos más de cuyos nombres no me acuerdo, pero por quienes siento aún un cálido afecto.

Año tras año durante los seis que asistí a la escuela, sentí en cada fin de curso el nerviosismo de saber si había aprobado o no. Afortunadamente no tuve que repetir ninguno de los grados que cursé y en cada uno de ellos sentí el progreso de saber más, de poder hacer lo que antes me estaba negado, de reconocerme como parte de algo más grande y trascendente que mi propia familia. No tengo ahora ninguna duda. Esos años fueron fundamentales para mí como lo fueron, estoy seguro, para mis compañeros de generación.

Siento tristeza cuando me entero por las noticias que el Centro Escolar “Juchitán” es un campo de batalla donde por desgracia las bajas se cuentan, no en los bandos oponentes, sino en los alumnos de la escuela, en su prestigio académico cuidado antaño con tanto celo .

Las cosas han cambiado, nada más cierto; pero prefiero recordar a la escuela “Juchitán” como la viví durante aquellos años, cuando veía a mis maestros con un respeto casi religioso, como seres virtuosos que me conducían por las inmediaciones de la cultura. Tiempos aquellos que quizás no vuelvan más.

No todo tiempo pasado fue mejor, lo acepto, pero a este aciago presente, pareciera ganarle cualquier pretérito simple.

lunes, 2 de julio de 2007

El Aprendizaje escolar en Oaxaca.

INTRODUCCION

El presente texto es parte de uno más amplio publicado en un diario de Oaxaca. Por ejemplo, en esta versión no aparecen algunos cuadros estadísticos de la versión original. Si el lector desea más información al repecto, por favor comuníquese con el autor.

1. EL APRENDIZAJE ESCOLAR EN EL NIVEL DE EDUCACIÓN BÁSICA.

a. Resultados generales del sistema educativo en Oaxaca.

El promedio de escolaridad de la población es un indicador del impacto del sistema educativo en una sociedad determinada. En Oaxaca en 1980, el promedio de escolaridad de los oaxaqueños era de 2.8 grados de educación básica, en tanto que el nacional era de 4.6. En el año 2004, el promedio de escolaridad en Oaxaca fue de 6.4, mientras el nacional se estimó en 8.0 grados. En 1980, 1.8 punto porcentual separaba a Oaxaca del resto del país; para el año 2004 son 1.6 puntos porcentuales; esto no significa otra cosa que la brecha provocada por la desigualdad se mantiene.

De acuerdo con los expertos de la Secretaría de Educación Pública, deberíamos lograr para el 2010, un promedio de escolaridad para la población de 15 años o más, de 9 grados. Para que en Oaxaca se lograra esa meta, de acuerdo con la tendencia que hemos observado en los últimos veinticuatro años, necesitaríamos 33.7 años y no ocho como lo afirman la SEP.

Si nos referimos al nivel de conocimientos que poseen los oaxaqueños, derivados de su tránsito por los servicios educativos, sólo el 27% tiene la educación básica completa o algún grado de educación postbásica; lo anterior quiere decir que el 73% de los oaxaqueños no tienen la educación básica completa. Por otra parte, quienes no poseen ningún conocimiento de tipo escolar, y tampoco saben leer ni escribir, constituyen el 21.7% de la población adulta.

El panorama se complica si se consideran las diferencias culturales. Oaxaca es un estado pluriétnico, más de la tercera parte de la población pertenece a uno de los 14 pueblos indígenas y no podemos afirmar que los principales elementos de su cultura estén adecuadamente incorporados en los currícula de la educación básica.

El estado de Oaxaca tiene que realizar un gran esfuerzo para superar su rezago y garantizar que al finalizar la primera década del presente siglo, eleve su nivel de escolaridad igualándolo al menos al promedio nacional, disminuyendo las desigualdades entre la población y garantizando el dominio de conocimientos y habilidades pertinentes en un contexto multicultural.

Garantizar el derecho a la educación significa en parte superar estos retos, de los cuales tiene plena conciencia el gobierno federal y su similar de Oaxaca; pero habrá que decir que no podemos afirmar que la sección 22 del SNTE, tenga la misma disposición para asumir este compromiso.

b. El aprendizaje escolar.

En la evaluación más reciente del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), efectuada en 2005 con el instrumento denominado Excale, Oaxaca obtuvo los siguientes resultados: El 71.6% de los estudiantes de sexto grado de primaria obtuvieron un puntaje inferior al básico o básico en matemáticas y el 73.8% en español. En secundaria, el 86.5% de los estudiantes del tercer grado obtuvo un puntaje inferior al básico o básico en matemáticas, en tanto que en español el porcentaje fue de 83.1%.

Por su parte en un estudio realizado por el Banco Mundial (BM) , las conclusiones coinciden con los obtenidos por el INEE: La calidad de la educación es baja, medida por los logros de los estudiantes. El estudio del Banco Mundial enfatiza la preocupante situación de los estudiantes indígenas, quienes según el reporte mencionado, aprenden un tercio o menos de lo esperado de acuerdo con los objetivos curriculares.

De acuerdo con el BM, la baja calidad de la educación en México y especialmente en los estados del Sur, se debe tanto a factores relacionados con las escuelas como con condiciones socioeconómicas más generales, como la pobreza. Entre los factores en el ámbito de escuela, los más importantes son los siguientes: (a) Deficiencias en la formación docente, en especial de los que atienden a poblaciones indígenas, y en la asignación de los maestros; (b) Una deficiente implementación de los programas de estudio, un currículo centrado en la memorización y el aprendizaje mecánico y programas que no consideran en forma adecuada los aspectos culturales indígenas ni su lengua; (c) Una supervisión inadecuada; (d) El entorno escolar; (e) Poca participación de los padres, y (f) Tiempo dedicado al trabajo.





2. LOS FACTORES DETERMINANTES DEL APROVECHAMIENTO ESCOLAR.

El aprovechamiento escolar en educación básica, está determinado por un variado número de factores, que en conjunto influyen de modo positivo o negativo el resultado educativo en las escuelas. Estos factores se agrupan en variables relativas al entorno de la escuela, a las instituciones encargadas de proporcionar insumos a los centros educativos, los propios centros educativos, el personal docente y directivo, y las variables asociadas a los alumnos. Con todo, la calidad del personal docente es el que mayor influencia tiene sobre el aprovechamiento de los alumnos, en condiciones medias aceptables de operación de los centros educativos.

Describiremos algunos aspectos de cada uno de estos factores, que a nuestro juicio influyen en el aprovechamiento escolar en Oaxaca.

a. Personal docente.

El principal problema en la entidad es la inasistencia del profesor a las aulas, ante este hecho indiscutible, resulta irrelevante analizar sus características personales o profesionales.

En efecto, desde hace 26 años los maestros de Oaxaca realizan paros ilegales de actividad que están ampliamente documentados por la prensa local y que han tenido una duración de entre 21 a 30 días por año. La media de inasistencia que arrojan estos paros es de 25.5 días, lo que equivale a 637.5 días perdidos, es decir 3 ciclos escolares de 200 días, que son los que se deben trabajar de acuerdo con el calendario que año con año autoriza la SEP. Si contabilizamos los 120 días laborables que duró el conflicto durante el 2006, la suma total sería de 757.5 días, es decir, casi 4 ciclos escolares perdidos.

No existe un registro sistemático y confiable de todos los días perdidos desde 1980; pero una investigación realizada recientemente informa que desde 1994 al 2006 se perdieron 446 días por paros magisteriales. Si calculamos un promedio anual a partir de esta información, para calcular los días perdidos en los años restantes (1980-1993), el resultado es de 826 días perdidos.
Al respecto, un estudio del Banco Mundial, concluye lo siguiente:

El tiempo que el docente dedica a su trabajo presenta dos problemas en los estados del Sur (y del país en general). El primero de ellos es el número real de días y horas diarias que el maestro está en la escuela. Hay datos anecdóticos, pero sistemáticos, que indican que se trata de un problema serio en las áreas rurales y las áreas urbanas marginales en todos los niveles de la educación pública. Algunos investigadores estiman que los días de ausentismo suman el 50% de los días reglamentarios en las áreas rurales. De las 810 horas que un maestro supuestamente debe dictar clases en una escuela rural, en realidad sólo está presente entre 160 y 450 horas en promedio. Estas conclusiones han sido corroboradas por entrevistas con autoridades del sector en los tres estados del Sur, quienes sostienen que un maestro de educación básica asiste en promedio sólo unos 110 días de los 200 días del año académico en las áreas urbanas, e incluso menos en las áreas rurales. Si bien la asistencia es mejor en la educación media superior y en la educación superior, el ausentismo en estos niveles también es un mal crónico en los estados del Sur. En una universidad pública de Oaxaca hace unos pocos años, por ejemplo, el ausentismo era de tal magnitud que sus administradores calcularon que sólo se dictaba un 20% de las clases. Eso dictaminó la necesidad de instalar relojes registradores en las aulas para controlar la asistencia de los docentes, los que de hecho dejaron de funcionar después de una semana.


PAROS MAGISTERIALES Y DIAS NO LABORADOS
1994 - 2006
Cuadro 1
Fecha de inicio Fecha de termino Total de días
En paro Periódico
3 de mayo 1994 22 de mayo 1994 18 días Noticias
2 de mayo 1995 16 de mayo 1995 14 días Noticias e Imparcial
7 de mayo 1996 29 de mayo 1996 22 días Noticias
2 de mayo 1997 28 de mayo 1997 26 días Noticias
3 de mayo 1998 29 de mayo 1998 26 días Noticias
4 de mayo 1999 7 de junio 1999 34 días Noticias
15 de mayo 2000 12 de junio 2000 28 días Noticias
14 de mayo 2001 15 de junio 2001 30 días Noticias
1 de mayo 2002 6 de junio 2002 37 días Noticias e Imparcial
1 de mayo 2003 8 de junio 2003 39 días Imparcial
1 de mayo 2004 2 de junio 2004 33 días Imparcial
12 de mayo 2005 31 mayo 2005 19 días Imparcial
22 de mayo 2006 15 de noviembre 2006 120 días Imparcial
TOTAL 446 días


b. La situación de los alumnos.

Un indicador importante por el probable efecto que tiene en el aprovechamiento escolar, es el nivel de nutrición de los alumnos. Un bajo nivel de nutrición sin duda induce a un bajo aprovechamiento escolar.

En Oaxaca, considerando los datos disponibles, el 57.6% de los alumnos inscritos en primer grado de primaria sufren algún grado de desnutrición, este porcentaje se incrementa en las escuelas primarias indígenas donde alcanza el 79.1%.

En entre los alumnos del sexto grado de primaria, la situación no es muy distinta: En total, el 55.5% sufren algún grado de desnutrición, en tanto que en las primarias indígenas el porcentaje alcanza los 75.7 puntos.


c. El entorno escolar.

El entorno escolar en Oaxaca presenta una variedad de condiciones tanto geográficas, económicas como socio-culturales. Esta variedad, que debiera propiciar una riqueza de contenidos educativos se convierte en una situación que dificulta el buen aprovechamiento escolar debido a la relación que la escuela mantiene con dicho entorno.

Un punto a destacar es que ni los programas escolares, ni los docentes, responden al capital cultural de las poblaciones oaxaqueñas en las zonas rurales indígenas. Normalmente, tanto los programas como la preparación de los docentes, se vincula a un tipo específico de capital cultural: el occidental, comúnmente considerado como el que contiene valores y conocimientos universales. Este hecho, condiciona el proceso pedagógico en las escuelas oaxaqueñas, de modo que los contenidos educativos no son fácilmente asimilables por los escolares con origen sociocultural indígena.


d. Otros recursos del sistema educativo.

Las condiciones en las que, tanto maestros como estudiantes desarrollan sus actividades, influye en su disposición para lograr buenos resultados.

Dichas condiciones tienen que ver con la suficiencia y calidad de los recursos que concurren en la escuela y como hemos afirmado, el principal de ellos es el personal docente. Al respecto, resulta un inconveniente que en el año 2005, el 54.9% de las escuelas del nivel de preescolar fueran multigrado, es decir, que los grupos de grados diferentes, son atendidos por menos maestros de los necesarios. Lo mismo ocurre con el 53.5% de las escuelas primarias. En secundaria, es bien sabido que la estructura autorizada no cuenta con el personal requerido, situación que se agrava con la incontrolada actitud de los dirigentes magisteriales de propiciar cambios de adscripción no compensados.



En cuanto a infraestructura, disponibilidad de aulas, laboratorios y anexos, las escuelas en Oaxaca sufren un rezago histórico que asciende a los 5 mil millones de pesos.



3. CONSIDERACIONES FINALES.

De la situación descrita con anterioridad se desprende la urgente necesidad de instrumentar una política orientada específicamente a atacar los problemas derivados de las deficiencias del sistema educativo en Oaxaca. A continuación propondremos algunas líneas de acción de dicha política:

a. Atención focalizada en los alumnos de educación básica. Es necesario, factible y viable, asegurar una atención personalizada a los niños en edad escolar que constituyen la demanda de los servicios de educación básica en el estado. Dicha atención debe partir del censo escolar y garantizar que todos los niños registrados, asistan, de acuerdo con su edad y antecedentes escolares, a algún centro educativo y reciban los apoyos compensatorios necesarios para que logren terminar su ciclo escolar y se inscriban en el siguiente inmediato superior, hasta terminar el nivel al que correspondan con rezago escolar cero.
b. Optimizar la asignación de recursos humanos. Es urgente revisar las estructuras autorizadas a cada una de las escuelas de educación básica y corregir la desviación de recursos inducida por la sección 22 del SNTE. De esta manera, cualquier asignación de recursos adicionales, deberá responder a las necesidades reales de cada centro escolar.
c. Cumplir con los 200 días de calendario escolar y los programas educativos. No se debe postergar por más tiempo la aplicación del reglamento de las condiciones generales de trabajo, para evitar que los maestros de la sección 22 ocasionen pérdidas de días escolares y el incumplimiento de los programas educativos.
d. Reducir el rezago en infraestructura. Será necesario convenir con el gobierno federal un programa multianual que permita abatir el rezago en infraestructura educativa y equipamiento.
e. Reducir gradualmente la contratación de egresados de normales. Una presión constante sobre los recursos financieros del IEEPO, además de las prestaciones adicionales exigidas por los maestros año tras año, lo es la contratación automática de los egresados de normales, misma que debe reducirse hasta limitarse a los recursos humanos que demanden los servicios educativos, como ya se hace en otros estados.
f. Regularizar el presupuesto del IEEPO. Finalmente, es urgente convenir con el gobierno federal la regularización del presupuesto del Instituto de modo que se supere el déficit presupuestal actual y rediseñar la política financiera y presupuestal del IEEPO.

Estas líneas de política educativa, requieren en Oaxaca de nuevas condiciones de gobernabilidad del sistema educativo, gobernabilidad que permita la clara delimitación de atribuciones y prácticas de los principales actores educativos, la aplicación de la ley y una amplia participación organizada de la sociedad civil en el apoyo a los centros escolares.

domingo, 1 de julio de 2007

LA SECCION 22 DEL SNTE: EL ATOLLADERO

El movimiento magisterial en Oaxaca se encuentra en un verdadero atolladero. A los grupos radicales al interior del sindicato les urge asumir el poder en la Sección 22 de manera total y formal; sin embargo el Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, no les dará la tan ansiada convocatoria. Por eso resolvieron en su pasada asamblea estatal, que esperarán a que el CEN del SNTE les autorice el congreso. Lo anterior porque, quienes ahora pelean por dirigir a la sección 22, saben que hacer lo contrario es caer en una ilegalidad que la dirigencia del SNTE aprovecharía para aniquilarlos. Así, la decisión de la asamblea estatal del 24 de marzo es una forma disfrazada de aceptar que se disciplinan a la voluntad de Elba Esther Gordillo.

Pero esto les plantea un serio problema interno: ¿Quién dirigirá a la Sección 22? O en otras palabras: ¿Quién o quiénes serán los privilegiados interlocutores de la Sección 22 ante el gobierno? La respuesta a esta pregunta es lo que determina hoy la lucha al interior de la Sección 22.

Algunos ingenuos piensan que al dejar que sea la actual comisión política la que dirija se resuelve el problema. Están equivocados, la comisión política está dividida y no es ya instancia ni de representación y menos de dirección y eso lo saben los maestros de base. La respuesta a la pregunta central no está formulada, por eso la lucha interna se recrudece y se expresa en los intentos por radicalizar la movilización durante esta jornada de la lucha magisterial. Ya se sabe, quien se muestre conciliador o negociador perderá la carrera por acceder al poder en la Sección 22; pero esta competencia frenética sólo puede conducir a una espiral de violencia que culminará en el repliegue táctico de un movimiento acorralado por sus propias contradicciones. Comentemos algunas de ellas.

La primera, es que la Sección 22 movilizará a sus bases para formular su pliego de demandas 2007, mismo que deberá incluir como primer punto “la salida de Ulises Ruiz de la gubernatura de Oaxaca”, porque esta demanda no es negociable ni renunciable. Si es así, el sentido común sugiere que el pliego de demandas de los trabajadores de la educación de este año no se le entregará al gobierno del estado, porque equivaldría a reconocer al actual gobernador constitucional y por tanto, a renunciar a su demanda principal. ¿Se le entregará entonces a la SEP o a la Secretaría de Gobernación?

Dudo que cualquiera de estas dependencias la reciban y menos aún que acepten negociar con la Sección 22, porque implicaría que el gobierno federal reconoce y acepta la doble negociación que hoy agobia a varios estados de la república; pero lo que es aún peor, abriría la puerta para que otras secciones sindicales del SNTE solicitaran negociar por aparte de su Comité Ejecutivo Nacional y desde luego éste, se opondría rotundamente. ¿Con quien negociarán entonces? Tendrán que hacerlo a escondidas y de manera vergonzante con el gobierno que hoy insisten en desconocer; de lo contrario, podrán calificar a este año como otra victoria política; pero en realidad sufrirán una segunda derrota sindical, porque tendrán que aceptar sin más, aquello que logre en sus negociaciones el Comité Ejecutivo Nacional del SNTE. Ciertamente, el año pasado la Sección 22 no logró romper el tope salarial, dejaron pasar las promociones de carrera magisterial, no obtuvieron recursos adicionales en horas y plazas porque el gobierno federal no cumplió sus promesas y el tan llevado y traído asunto de la rezonificación tendrá que esperar a que lo acuerden Elba Esther Gordillo y el Presidente Calderón, porque no dejarán que sea la Sección 22 la que se lleve los créditos.

La segunda, muy relacionada con la primera, es su posición frente al gobierno del estado de Oaxaca, gobierno al que desconocen; pero a quien en los hechos apelan. En efecto, al no poder negociar con el gobierno federal el cumplimiento de lo pactado en octubre del 2006, amenazaron en su asamblea estatal del 3 de marzo del 2007: “Si el Director General del IEEPO, Abel Trejo, no está cumpliendo con los compromisos de la minuta suscrita entre la SEGOB y la Sección 22, esta asamblea estatal estará exigiendo su salida del IEEPO.”

En primer lugar, el Director General del IEEPO no tiene porqué cumplir los ofrecimientos que hizo la Secretaría de Gobernación a la Sección 22; pero eso no es lo importante, lo notable es que la asamblea estatal afirme que “estarán exigiendo su salida” ¿a quién? Sólo pueden exigírsela al Gobernador Ulises Ruiz a quien dicen desconocer. Por esa razón no pueden seguir chantajeando con pedir la destitución del Director General del IEEPO, porque además, si se les cumpliera el capricho, ¿reconocerían al nuevo Director General nombrado por el Gobernador y estarían dispuestos a negociar con aquel en su calidad de representante de este último? Desde luego que no. Tampoco pueden “desconocer” al Director del IEEPO, pues esto dificultaría la gestión de innumerables asuntos que tienen pendientes y que apremian a sus compañeros de gremio. Quizás por eso hayan optado por “desconocer” a los asesores del IEEPO en su asamblea del 24 de marzo, quienes para empezar no tienen tratos con ellos, en segundo lugar no tienen atribuciones para liberar recursos de ningún tipo, ni facultades para tomar decisión alguna que “coberture” a los integrantes del CCL. De esta manera obtienen una bandera fácil de enarbolar que movilizará a sus bases sin meterlos en un callejón sin salida; pero que tampoco les resolverá nada .

La tercera contradicción tiene que ver con su posición en relación con las próximas elecciones locales. Mientras llaman a votar a favor del PRD ( porque así se interpreta la tarea que se plantea la asamblea estatal de: “Seguir impulsando el voto de castigo al PRI, PAN, PANAL y PVEM, quienes son los responsables de las reformas estructurales en el país y de sostener al tirano URO”), este partido se niega a aceptar sus candidaturas y las que ha propuesto la APPO. Pero además, llamar a la población a dar un voto de castigo a los partidos ya mencionados es llamar a participar en las elecciones, tarea que se contrapone a la dinámica de radicalización de su movimiento.

¿Hacia dónde va un movimiento sindical en estas condiciones? ¿Creen acaso que pueden, en el asunto de la reforma a la ley del ISSSTE, ganar en la calle lo que se ha perdido en el Congreso? ¿O que pueden ayudar a la subsistencia del ISSSTE, cuando se niegan a pagar cabalmente sus impuestos, que son los recursos que en parte sostienen a los organismos públicos, mientras reclaman mejores prestaciones de ellos?

Lo que aún queda del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTEO) debe someterse a una severa autocrítica si quiere subsistir. Debe en primer lugar resolver el problema de construir su dirección política y sindical, aceptar que la intransigencia en la demanda de la salida del Gobernador le quebró la espina dorsal al movimiento al impedirle aplicar el método de “Movilización-Negociación-Movilización” y cerrarse en un activismo perpetuo. Debe buscar la reconciliación con los que pudieran ser sus disidentes sin abandonar la lucha ideológica. Debe mantener una efectiva independencia del Estado para recuperar su identidad. Debe poner el ejemplo en la transparencia de su gestión sindical. Debe definir su papel en el desarrollo educativo del pueblo a quien dice apoyar. Debe en fin refundarse, para así contribuir a la construcción de una sociedad mejor educada, justa, regida por el derecho y no por la fuerza; una sociedad con una gobernabilidad democrática en la que se garantice a los ciudadanos la seguridad y la posibilidad de un futuro mejor para ellos y para sus hijos.

Al parecer, nada de esto será posible por ahora. Tendremos que sufrir, quizás, una violencia creciente a partir de mayo; lo malo es que Oaxaca no resistirá un segundo incendio. Ya mucho se ha perdido.

LA DEMOCRACIA HERTZIANA

En una agradable reunión con tres entrañables amigos, mientras comíamos y platicábamos de diversos temas surgió el de las radios comunitarias, mismas que fueron presentadas en la mesa como una respuesta al monopolio radiofónico de las empresas privadas y del Estado.

El argumento que planteó uno de los comensales, fue que en Oaxaca era necesario darle la palabra en la plaza pública a la disidencia. Ciertamente, la mejor democracia es aquella que discute sus asuntos en la Ágora y que permite que sus ciudadanos sean escuchados por todos los demás; cosa que se dificulta en las sociedades modernas por el tamaño de su población y el agobio cotidiano de sus integrantes. En ese sentido los medios de comunicación masiva y en particular las ondas de radio podrían considerarse como las ágoras hertzianas de las sociedades modernas.

En México este proceso de democratización hertziana inició tardíamente en relación con algunos países europeos. Las radiodifusoras comunitarias más antiguas son las de el estado de Veracruz (radio Teocelo y radio Huayacocotla); pero también Radio Universidad Pueblo de la Universidad de Guerrero.

El desarrollo tecnológico hizo menos difícil crear radios comunitarias, pero con todo, en México a diferencia de algunos países del Cono Sur, no se mostró un repunte de este tipo de radiodifusoras. Fue hasta 1993 que se dio una experiencia importante. El surgimiento de Radio Interferencia, radio comunitaria operada por estudiantes de comunicación en el barrio de San Juanico en la ciudad de México, marcó un hito en la democratización hertziana del país. Pero fue Radio Ke Huelga, la radiodifusora surgida en 1999 a raíz de la huelga en la UNAM, la que marcó el rumbo de las radios ligadas a los movimientos sociales. En efecto, a partir de esta experiencia, cunde el modelo, ya inaugurado por la revolución cubana con Radio Rebelde, de la radio-guerrilla.

Por su parte, el Instituto Nacional Indigenista (INI) inició en 1979 su programa de radiodifusoras comunitarias indígenas. Aunque derivado de una iniciativa gubernamental, debemos reconocer que el programa de radio indígena del INI desarrolló, en algunos casos, verdaderas experiencias de radios comunitarias del total de 24 que logró crear en todo el país. De éstas, cuatro operan en el estado de Oaxaca: XETLA, la Voz de la Mixteca; XEOJN, la Voz de la Chinantla; XEGLO, la Voz de la Sierra Juárez; XEJAM, la Voz de la Costa Chica.

La experiencia de las radios comunitarias en México, nos muestra un desarrollo diferenciado, con algunos puntos de coincidencia. Hay una tendencia de algunos proyectos de radio comunitaria a subordinarse (vinculación orgánica) a los movimientos insurreccionales y otra a responder a las necesidades de información, educación y recreación de sus comunidades.

El común denominador de ellas es, por un lado, la falta de una ley que reglamente su operación y regule su crecimiento y por el otro, el ataque hace contra ellas la iniciativa privada y en ocasiones del propio gobierno.

Los oaxaqueños, sobre todo quienes vivimos en la Verde Antequera, conocemos el poder destructivo de la señal de radio cuando está en manos de fundamentalistas. En el año de 2006 integrantes de la APPO tomaron por asalto a radiodifusoras privadas, incluyendo Radio Universidad y el canal oficial de televisión y convocaron a la población a la violencia y a la asonada. Por su parte Radio Ciudadana, la voz opositora de la APPO, llamaba a la paz pero no estaba exenta del mismo mal, al menos en la voz de sus corresponsales. Ese uso de la radiodifusión es y debe ser reprobado por quienes deseamos un cambio construyendo la democracia. No se puede aceptar a quienes llevan el discurso de la democracia en la boca, mientras con sus acciones pisotean a sus instituciones, que ciertamente son perfectibles y el único camino; salvo que se opte por la insurrección franca y abiertamente armada, como lo han hecho el EZLN, EPR, ERPI, etc..

Quien esto escribe, no apuesta por el derramamiento de sangre. Merecen mi respeto, aunque no mi aprobación, quienes, por las razones que sean, han optado por la vía armada; pero no aquellos que juegan irresponsablemente con vidas humanas. Me refiero a los que exigen con descaro la vigencia del Estado de Derecho para ellos y sus comparsas; pero que son capaces de delinquir y golpear a víctimas inocentes mientras ello les reditúe un beneficio económico o político. Los mismos integrantes de la APPO se han encargado de desenmascarar a los “revolucionarios” de ocasión. Para quienes no estén enterados, sólo revisen los nombres aquellos que hoy se postulan para algún cargo de elección popular. Por sus siglas los conoceréis.

Qué lejos estamos de los tiempos en los que quienes se reclamaban revolucionarios no pactaban con el gobierno; en los que dialogar en la penumbra con el poder era deleznable. Ahora, para los “revolucionarios” de ocasión, transar con el poder parece ser el objetivo principal.

A pesar de los pesares vale la pena avanzar en la creación de la nueva ágora hertziana; será difícil distinguir entre las radio guerrillas y las radio comunitarias democráticas. Esperemos, como lo afirmó un amigo que participaban ese día en la mesa, que a los funcionarios federales y estatales no les gane la demofobia propia de los gobiernos débiles.

Hay aún mucho camino por andar, porque además de la tecnología, los trabajos técnicos y las reformas legales, será necesario establecer los criterios que permitan que sean las propias asambleas comunitarias las que nombren a los directivos de las radios que permitan difundir sus opiniones; porque si bien es un error dejar a los medios de comunicación en manos de mercachifles, es una insensatez dejar a las radiodifusoras en la lengua de los orates de la revolución negociable.