sábado, 22 de mayo de 2010

LA VIOLENCIA EN MÉXICO Y SU PERCEPCIÓN

Los hechos recientes tensan y enrarecen el ambiente nacional: la tragicomedia montada entorno a la dramática muerte de la niña Paulette, le dio el tiro de gracia a la poca credibilidad que le teníamos a las autoridades mexicanas; porque la insultante farsa del procurador Bazbaz afecta a todas las instituciones del país.

Nadie con dos dedos de frente, cree lo que dijo la marioneta del poder en el Estado de México; esto significará un desgaste de la figura de Enrique Peña Nieto y como consecuencia lógica, le abre las puertas a otros aspirantes a la candidatura del PRI para las elecciones del 2012.

La desaparición del “Jefe” Diego, sin importar el motivo de quienes hayan perpetrado el ilícito, se interpreta como un mensaje para el poder panista, y en particular para el presidente de la república: quienes pueden actuar con impunidad secuestrando a uno de los hombres más poderosos de México y además imponerle a algunos medios de comunicación y al propio gobierno sus condiciones, son quienes en realidad deciden las cosas en el país.

No estoy de acuerdo con lo que sostiene Héctor Aguilar Camín cuando dice, palabras más palabras menos, que los medios han construido una imagen de México que no corresponde al grado de violencia real que hay en el país.

Cuando la tensión es grande y cuando se observa que las autoridades no pueden imponer la ley, cualquier hecho de sangre o ilícito, se ve como posible en cualquier lugar. La preocupación se generaliza en el país cuando algo que ocurre en Ciudad Juárez se evalúa subjetivamente como posible en Oaxaca, en Yucatán, en Veracruz, en cualquier parte del país: el miedo no anda en burro.

Aguilar Camín debería preguntarse: ¿porqué los hechos, digamos aislados, que ocurren en Tamaulipas, Nuevo León, Sinaloa, Coahuila, etc. producen en la gente una sensación de inseguridad, aunque cosas semejantes no ocurran en su lugar de residencia? ¿Son los medios los que provocan esto de manera directa, o es cierto estado de ánimo lo que predispone a la población a percibir como algo generalizado, la violencia que se informa existe en otros lugares?

Por otra parte, si bien es cierto que los “datos duros” no muestran una violencia generalizada en el país y tampoco muestran un gobierno imposibilitado para operar en los términos de las facultades que la ley le otorga; sí muestran que la violencia vinculada al crimen organizado se manifiesta en todo el territorio nacional; si bien en grados diferentes.

¿Qué hacer para que la población no se preocupe por lo que sucede en otros lugares y perciba mejor su entorno inmediato? En mi opinión, lo primero es mostrarle a la ciudadanía, con hechos, que el aparato policíaco y de justicia, funcionan con apego a la ley y son eficaces. Pero casos como el de Paulette lo que nos muestran es una imagen contraria.

En segundo lugar, habría que mostrarle a la población, con hechos, que no debe preocuparse por el futuro de su familia, porque al poder conservar e incrementar su patrimonio, mantener su empleo e ingresos, puede planificar lo que hará en los tiempos por venir. Pero eso tampoco sucede. La crisis económica con todo y la recuperación anunciada, mantiene en el desempleo a miles de mexicanos; y para aquellos que tienen trabajo, la crisis reduce su capacidad adquisitiva y de ahorro, mediante nuevos impuestos se desgasta su patrimonio y nadie le pude dar garantía de que mañana no perderá su empleo.

Los que tienen un margen económico para emprender algún negocio, se enfrentan con una situación de anarquía legal que pretende ser un orden jurídico. Los bancos se dedican a saquear a los usuarios de tarjetas, no piensan siquiera en compartir riesgos con potenciales inversionistas y hacer crecer el capital a partir de inyectarle dinero a la economía real. Es mucho más fácil para el sistema financiero continuar con una economía ficción que incrementa la fortuna de los banqueros a partir de endeudar a la población y nadie, que yo sepa, ha planteado reformar la normatividad que regula a los bancos y las leyes que los protegen en la usura que practican.

En las redes de solidaridad social participan cada vez menos o con menor impacto, los gobiernos federal y estatales, de los municipales, muy pocos tienen capacidad para hacerlo: los sistemas de medicina social, la educación pública, los programas de vivienda, los apoyos directos a los desempleados o no existen u operan con muchas deficiencias. De esta manera los más desvalidos, no encuentran apoyo en su desgracia.

La situación descrita, es lo que provoca que la población vea en el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, en la actuación de Bazbaz en el caso Paulette, en los levantones “focalizados”, en los asaltos colectivos en algunas carreteras del norte del país, en los descabezados de norte a sur, en las balaceras callejeras o en las cercanías de algunas universidades, en un incendio donde mueren decenas de niños, no hechos aislados, sino la confirmación de su miedo a que la violencia está cada vez más cerca y que inevitablemente llegará a la puerta de su casa, a su barrio o inesperadamente en alguna de las calles de su pueblo.

La tensión nerviosa de la población y la percepción “subjetiva” de la violencia generalizada son hechos que no desaparecerán con buenos argumentos y datos científicos; se necesita algo más. Para empezar no podemos ni debemos esperar todo del gobierno; pero el gobierno tiene responsabilidades importantes: debe cumplir y hacer cumplir la ley; diseñar y aplicar estrategias que mejoren la actual situación y reduzcan el sacrificio de vidas humanas; procurar el crecimiento de la economía y una mejor distribución de sus beneficios, pero además debe promover la organización y participación activa de la ciudadanía, en los asuntos que nos conciernen a todos. Es el momento de cambiar el sentido de lo público, liberándolo de su estigma gubernamental.

lunes, 10 de mayo de 2010

AMENAZAS Y COMPROMISOS

Las amenazas de muerte contra la candidata a gobernadora del Partido Unidad Popular (PUP), María de los Ángeles Abad Santibañez obligan no sólo a la reflexión sino a tomar medidas urgentes para proteger su integridad y la de los otros candidatos.
Comenté en un artículo anterior, que los actos de provocación son un factor que estará presente en estas elecciones, y quienes le apuestan a la anulación de las elecciones del 4 de julio están, al parecer, dispuestos a todo, y ese “todo”, incluye el asesinato político.
Reprobamos con energía estos actos con los que pretenden amedrentar a la señora Abad Santibañez; sabemos que lejos de asustarla, han servido para contrastar su valentía personal contra el fondo obscuro que forma la cobardía de quienes la amenazan.
No tengo duda de que , sus partidarios sabrán tomar las medidas mínimas de seguridad para proteger a su candidata; el haber presentado la denuncia ante las autoridades es una buena medida, elevar su postura como protesta a escala nacional e internacional, pondrá a pensar a quienes se proponen hacerle daño.
Otros candidatos y personalidades, de los otros partidos y coaliciones, no están a salvo de los actos de provocación, insisto en que las autoridades deben garantizar su seguridad y todos ellos deberían pronunciarse en un documento conjunto, por la no violencia y la civilidad en las próximas elecciones; el caso de María de los Ángeles Abad Santibañez, podría ser un buen motivo.
Si la violencia es el contexto que marca la suerte del país, y en particular las condiciones en las que se desarrollan las campañas este 2010, la crisis económica es otro elemento de suma importancia.
Eviel Pérez Magaña logró mucha resonancia con su compromiso de cancelar el pago de la tenencia vehicular, que se da ya como un hecho si triunfa. Tratándose de medidas anticrisis, el respaldo que logren en la población está garantizado; el problema será cumplirlas.
En el caso particular de los impuestos sobre el patrimonio familiar o personal, todos son vistos como afrentas. En una buena lógica, se puede afirmar que se castiga el éxito de los propietarios en lugar de premiarlo: en México pareciera que es malo poseer bienes, se encomia la pobreza y se vitupera la prosperidad.
En otros países y culturas, la posesión de bienes no se sanciona, se alienta. Finalmente el ahorro y las propiedades de los individuos y las familias, son parte de la riqueza nacional; si se cuida que esa riqueza privada, se vuelva productiva, se convierte en un formidable aliento para la economía. Es bueno entonces revisar el modelo fiscal que hoy tenemos con criterios diferentes, orientados a lograr la prosperidad de todos, no a castigar la que logren algunos.
Sin embargo, no todas las reformas fiscales son posibles en el ámbito estatal, mucho del entramado impositivo es de orden federal y modificarlo no es un compromiso que pueda asumir un candidato a gobernador. Por eso, los candidatos deberán pensar en otras medidas, además de aquellas que desde lo local, puedan disminuir la carga fiscal que pesa sobre la población.
El éxito que tuvo Eviel Pérez Magaña al comprometerse a eliminar el pago de la tenencia vehicular, da muestra de que la población sabe escuchar y apoyar las buenas propuestas. Son compromisos de este tipo los que deben asumir los candidatos para motivar el voto ciudadano y no los trillados lugares comunes de las campañas de viejo cuño.
Desde luego, los asesores electorales deben buscar los temas que eleven la preferencia por sus candidatos; pero escuchar o recibir de manera directa las propuestas de la población motiva el debate ciudadano, que además del debate de los candidatos, enriquece la jornada cívica.
¿Dónde están los espacios en los que la ciudadanía pueda debatir y proponer? Desde luego en los medios. Bien harían los diarios de la prensa escrita y virtual, las radiodifusoras, la televisión, Internet y otros medios, al abrir y motivar el diálogo entre los votantes, y ser una referencia en función de la cual, puedan y deban pronunciarse los candidatos. Esto puede sonar a una amenaza, no es la intención, pero sin duda, es una propuesta.

domingo, 2 de mayo de 2010

¡AAARRANCAN!: LAS CAMPAÑAS EN OAXACA.

Han iniciado las campañas de los candidatos a la primera magistratura del estado de Oaxaca, en un ambiente tenso que genera incertidumbre.

Los trágicos acontecimientos ocurridos el 27 de abril en San Juan Copala, con un saldo de 2 muertos y varios heridos, marcan el inicio de la jornada electoral y organizaciones por la paz y de los derechos humanos, tanto nacionales como internacionales, comienzan a presionar para que se esclarezcan los hechos. El gobierno federal ha recibido el exhorto de embajadas y organismos internacionales, para intervenir y aplicar la ley en el caso Copala y ha movilizado, por principio, a sus equipos de inteligencia para recabar información al respecto.
De lo ocurrido en Copala se construyen varias hipótesis:

• Fue un acto de provocación instrumentado por los radicales de la APPO, para facilitarle al MULT-I la permanencia en la agencia municipal con el apoyo de los organismos humanitarios y del “movimiento popular”, y de paso calentar el ambiente electoral
• Un primer acto de sabotaje al gobierno de Ulises Ruiz con carácter revanchista, aprovechando el sensible escenario electoral.
• Un acto premeditado orientado a preparar condiciones adecuadas para un fuerte conflicto post-electoral.
• Un conflicto entre grupos locales que se salió del control de los propios dirigentes.

Para los grupos de inteligencia del gobierno federal cada una de estas hipótesis tienen elementos que la sostienen, e involucran a casi todos los actores que directa o indirectamente tuvieron que ver con los problemas del 2006.
Independientemente de a dónde conduzcan los hallazgos, falta ver si el Presidente Calderón y su equipo actúan con apego a la ley o repiten la receta del 2006 echándole más leña al fuego en Oaxaca.

Por su parte, el gobierno del estado debe evitar que ocurran hechos como el de San Juan Copala, adoptando medidas preventivas y actuando con inteligencia. Lo de Copala debe investigarse a fondo y castigar a los responsables. El gobierno del estado debería hacer un enérgico reclamo a la Secretaría de Gobernación del gobierno federal y a las instancias correspondientes, para evitar que grupos de presuntos observadores internacionales no-acreditados, hagan las veces de luchadores por la justicia y terminen siendo simples provocadores de conflictos o en el peor de los casos, lamentablemente, víctimas de su insensatez.

Por su parte, los maestros de la Sección XXII del SNTE han iniciado ya su programa de movilizaciones con miras a las negociaciones de este año, y también con miras a aprovechar el escenario que brindan las elecciones para reposicionarse de cara al próximo gobierno, del color que resulte. Claro que hay expresiones al interior del sindicato que le apuestan a que gane la alianza encabezada por Gabino Cué Monteagudo, pero son la minoría; los maestros tienen un voto hasta el momento diversificado, pero pueden provocarse eventos que los unifiquen hacia una dirección como sucedió en el 2006, aunque no será necesariamente la que muchos se imaginan.

Por lo pronto, la estrategia de las expresiones de la sección XXII comprometidas electoralmente, es la de radicalizar el movimiento, enarbolando demandas irresolubles por su contenido y lo inmediato de su reclamo.

La mira está puesta en el paro indefinido; pero si no lo logran, porque el magisterio de base ha asumido un serio compromiso con sus comunidades y puede plantear un receso para concluir el ciclo escolar, entonces entrará en escena la convención estatal democrática en ciernes, misma que podría ser un instrumento de los grupos mercenarios de la APPO para ponerse al servicio de la alianza gabinista o de quien o quienes ofrezcan más por provocar un conflicto en Oaxaca.

Esto lo aprovecharán los maestros del war-show business, que ya hicieron aparecer a otro grupo guerrillero en la sierra sur, para que en el escenario no falte nada. Lo que sí no tiene pretensiones propagandistas, es el asunto de la desaparición de los dos dirigentes del EPR, que no se ha aclarado y que está como una cuenta pendiente del gobierno federal y estatal.
Pero no todo está perdido en la APPO, y hay fuerzas que pueden orientar a la convención para convertirla en un verdadero instrumento de la democracia, si se constituyen en observadores y garantes de la limpieza de las elecciones. La verdad es que así, ganaríamos todos.

Por otra parte, la Alianza que encabeza Gabino Cué Monteagudo, sigue al borde del conflicto. La línea lanzada por Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que el PT no a poye ninguna alianza con el PAN ha provocado la virtual ruptura de relaciones entre varias dirigencias estatales y la dirección nacional de ese partido manejada por el Peje. En Oaxaca causará sus efectos, porque AMLO, dejó sembradas minas en una buena parte del territorio oaxaqueño en su desafortunada visita el estado, que hará estallar cuando le convenga, a favor o en contra de su otrora protegido Gabino Cué.

Los partidos Nueva Alianza y Unidad Popular, inician sus actividades con buenos signos: han actuado con prudencia y harán seguramente un esfuerzo por mejorar sus preferencias ante el electorado. Lo que ensombrece el panorama son las amenazas que han recibido o el espionaje de que dicen ser víctimas. Aquí otra vez, las autoridades electorales deben poner mucha atención a estas denuncias y el gobierno del estado, debe darle garantías y protección a los candidatos. En las condiciones que vive actualmente el estado, ningún gasto en la seguridad de los candidatos y de los ciudadanos debe escatimarse. Los actos de provocación están al orden del día.

En el PRI, los problemas no faltan. Algunos actores no se han sumado a la campaña de Eviel Pérez Magaña y deberían hacerlo porque esto daría confianza a los priístas. En algunas regiones y municipios, las bases del PRI se quejan de la imposición de candidatos y al parecer los personajes comisionados para resolver estos problemas no lo están haciendo de la mejor manera y pueden provocar conflictos que los provocadores o la oposición, sin duda, utilizarán a su favor.

Nada se ve, por otra parte, del equipo del candidato priísta, los que dirigen la campaña son los mismo del equipo de Ulises Ruiz y no se ve cerca de él, a ninguno de los hombre de confianza de Eviel Pérez Magaña.¿Por qué?

Esta situación provoca comentarios de los priístas que están deseosos de que se refresque el ambiente en el entorno del candidato y de grupos no priístas, que esperan la oportunidad para acercarse a, sin duda, el candidato más fuerte a la gobernatura del estado.