miércoles, 29 de septiembre de 2010

CATÁSTROFES,VULNERABILIDAD Y DERECHO A LA EDUCACIÓN

Cuando hay un terremoto, una sequía y hambrunas, epidemias, o como ahora, inundaciones y derrumbes, tiende uno a consolarse pensando que las desgracias que sufrimos son inevitables,
porque la naturaleza no avisa ni distingue y arrasa a todos por igual. Pero no
siempre es así, aunque no lo parezca, la acción de la naturaleza no nos afecta
a todos por igual; por el contrario, lastima más a quienes menos tienen.

En la década de los setenta y aún después, en la de los años ochenta, sociólogos, antropólogos y economistas, al estudiar los desastres causados por terremotos, hambrunas e inundaciones, documentaron con
sorpresa, que era siempre la población más pobre la que más estragos sufría por
efecto de los fenómenos naturales. Otros patrones de afectación aparecían
cuando se comparaban raza, sexo, educación, etc.; siempre eran los
discriminados, los marginados o los menos educados, los que más daño sufrían.
Se usó entonces el término “vulnerabilidad” para referirse al
concepto que describía las condiciones
sociales de un individuo o grupo humano, que lo hacían más propenso a
sufrir desgracias, por los efectos de los fenómenos naturales, las crisis
sociales, las políticas o económicas. Se puede afirmar ahora, que ciertos
individuos o sectores de la sociedad, son más o menos vulnerables, a la acción
de eventos catastróficos y ello no depende sólo de la fuerza destructora de la
naturaleza.

Hoy en Oaxaca y en otras partes del país, podemos observar cómo las inundaciones y derrumbes provocados por el temporal, afectan más a los más pobres. Por lo regular, la posición social y económica elevada, ocasiona
que los mejores terrenos, los más productivos, los mejor ubicados, los menos
riesgosos, los adquieran quienes gozan de esa posición o aquellos que, dentro
de las comunidades humanas, controlan las relaciones de poder. Los pobres, los
marginados, son desplazados a los lugares de mayor riesgo o las tierras menos productivas.

Que no nos sorprenda que en un recuento de daños, sean los más jodidos las víctimas en un mayor porcentaje que los menos jodidos. Pero además de los desastres, si no se toman las medidas
adecuadas, se tienden a incrementar y acumular las vulnerabilidades de la
población en desgracia. Por eso es frecuente que, pasada una contingencia, le
sigan epidemias, escases de alimentos, de recursos para producir o serias
dificultades para recuperar los daños y destrozos causados; y todo esto repercute
en desastres para la gente.

Una adecuada intervención durante y después de una crisis, además de satisfacer las necesidades inmediatas de la población afectada, es incrementar sus capacidades de recuperación, una de
ellas, muy importante por cierto, es la educación. ¿Cómo han intervenido las
autoridades en Oaxaca? Tomemos el caso precisamente de la educación:

Ante las desgracias ocasionadas por las torrenciales y persistentes lluvias, la autoridad educativa decidió permitirles a los padres de familia que sean ellos quienes acuerden si sus
hijos asistirán o no a la escuela:

“Indicó que la medida deberá ser decidida (sic), como en otros casos, de manera concertada entre directores, maestros, padres de familia y autoridades municipales, a fin de evitar ausentismos injustificados, que
afecten el trabajo de alumnos y maestros.” (Tiempo de Oaxaca. Año X; Nº
3072, del 29 de septiembre del 2010, p.10).

“Precisó que lo fundamental es proteger la seguridad de los estudiantes y evitar exponerlos en (sic) peligro, por ello, en estos casos, las inasistencias serán plenamente justificadas.” (Loc.cit)

Es muy importante garantizar la seguridad de los niños si la escuela está en un lugar de riesgo, pero no es suficiente, porque se gana quizás en seguridad (lo cual es discutible dadas las
condiciones de las comunidades marginadas); pero se permite que la vulnerabilidad de base se incremente por
la falta de educación y esto haga a la
población en el futuro, todavía más vulnerable.

Por otra parte, es una manera fácil de evadir responsabilidades dejar que los padres decidan si dejan a sus hijos ir a la escuela o no. ¿Y la autoridad qué decide entonces? ¿Cuántos días no irán? ¿Dejarán de ir unos, más días que otros a la escuela? ¿Qué harán los
niños en tanto pasa la contingencia? ¿Cómo se evaluarán al finalizar el ciclo
escolar? ¿Qué harán en tanto, los maestros?

Lo declarado por la autoridad educativa, en cuanto a permitirle a los padres de familia (con la participación de los maestros y las autoridades locales, o sin ellos), modificar el calendario
escolar, lesiona de hecho la obligatoriedad de la educación y el derecho a su
disfrute.

En otros casos, como se hizo en el 2006, donde la causa de la contingencia no fue un fenómeno natural, sino político, la autoridad educativa estableció, en acuerdo con la SEP, un “ajuste de calendario”. En el
caso presente, donde la causa en un fenómeno natural, se podría prestar el
servicio bajo un calendario B para zonas afectadas y mantener un calendario A, que sería el
originalmente aprobado, para las zonas donde no haya problemas.

Un calendario B para las zonas de riesgo, debe establecer las fechas de suspensión y los días adicionales en que alumnos y maestros habrán de desarrollar lo que falte del programa escolar o los
procedimientos para compensar el tiempo perdido.

Se puede echar mano de múltiples recursos para apoyar a los niños, tales como: la tele-primaria, o la asesoría educativa por televisión (que no es la telesecundaria), la radio educativa o
hasta el internet, todo depende de dónde sea posible aplicar estos recursos. Para las
zonas muy marginadas, campamentos de refugiados, albergues, etc., se podrían
movilizar brigadas del personal de CONAFE, institución que tiene amplia
experiencia para operar en estos casos, o usar DVD y sus reproductores para
asesorar a los jóvenes de la comunidad y estos apoyen a los escolares.

Como quiera que sea, lo importante es no dejar a los niños sin alternativas, ni materiales, sobre todo en un estado como el de Oaxaca, donde la inasistencia de los maestros
por sus paros y huelgas, afecta ya a varias generaciones, acumulando
dramáticamente el nivel de vulnerabilidad de los marginados, quienes encima,
cuando hay clases, sólo aprenden, según el Banco Mundial, sólo el 40% de lo que
debieran.

Al parecer no tenemos planes para hacer frente una crisis, que además de los efectos físicos, lleva a que se limite nuestro derecho a la educación. Ya
es hora de afrontar con mayor responsabilidad los hechos.

lunes, 27 de septiembre de 2010

VELAS PA' CUANDO SON

El temporal que azota al país ha dejado un elevado número de damnificados, los hermanos de Veracruz, Chiapas, Tabasco y otras regiones de México, sufren la pérdida de vidas y bienes materiales. Lo peor del caso es que quienes resultan más afectados son los que menos tienen. La desgracia se regodea con los más vulnerables.

El Istmo de Tehuantepec, cuya población está, de algún modo, más preparada para afrontar estos desastres, hoy no siente ya lo duro sino lo tupido; y por si fuera poco, la ayuda parece no llegar ni con oportunidad ni en lo necesario. El gobierno del estado poco o nada puede hacer: con recursos insuficientes y acotado por la burocracia, su respuesta es lenta y en algunos casos ineficaz. Las grandes empresas privadas hacen su esfuerzo, pero la gente parece desconfiar de sus iniciativas; por otra parte la Benemérita Cruz Roja no recibe el suficiente apoyo por parte de la población.

El verdadero desgaste de la sociedad en México se siente ahora que hay que hacer algo por los demás; el individualismo nos ahoga más que las aguas y es urgente recuperar nuestro sentido de solidaridad. Una sociedad más humana se construye en la adversidad, asumiendo un compromiso con quienes están en desgracia o corren algún riesgo.

Las sociedades más desarrolladas y cohesionadas, tienen un alto sentido de confianza en los demás, misma que lleva a la cooperación con los otros, con los que menos tienen, con los vulnerables, con los pobres. El desarrollo de un pueblo no se mide sólo por su capacidad de producir riqueza material, sino por su nivel de solidaridad social. Lo otro es una consecuencia de esto último

Ahora que nuestros hermanos que viven en el Istmo de Tehuantepec nos necesitan, debemos poner en práctica al menos la más elemental solidaridad, aquella que se basa en la ayuda recíproca condicionada: hoy por ti, mañana por mí. La adversidad que hoy sufrimos nos debe servir para construir los cimientos de una sociedad en la que nuestras relaciones se funden en la reciprocidad, la confianza y la cooperación.

Los istmeños radicados en Oaxaca, en el Distrito Federal y en otras partes de México y del mundo, tenemos una red derivada de nuestra cultura que debemos aprovechar para ayudar a nuestros hermanos: las sociedades de las velas. Si las sociedades de las velas se coordinan y comunican entre sí, los esfuerzos que hagamos se potenciarán y serán más eficaces para ayudar a nuestros hermanos.

Los representantes de las diferentes asociaciones de velas en Oaxaca, por ejemplo, deben reunirse y mantener una constante comunicación para tomar decisiones acerca de cómo ayudar a nuestros hermanos. Podríamos aprovechar la maravilla que es internet para mantener contacto y evaluar los apoyos y las necesidades que tienen y tendrán nuestros paisanos

La página de "Zapotecos del Mundo"(http://zapotecosdelmundo.ning.com) podría ser de gran ayuda para mantener la comunicación. No se trata de pensar sólo en nuestros hermanos del Istmo, sino en todos aquellos que en cualquier parte del país necesiten de nuestra ayuda, se trata de poner en movimiento nuestra cultura de la solidaridad para superar estos momentos difíciles y emplear la estructura social de nuestras fiestas para cantar aún en la desgracia; pero juntos y parejo. Después de todo, las velas pa`cuando son. No estamos solos, nos tenemos a nosotros mismos, sólo falta organizarnos.

jueves, 16 de septiembre de 2010

EL NUEVO GOBIERNO Y EL RUMBO DE LA EDUCACIÓN EN OAXACA: EL INFORME DE LA ONU

El 17 de agosto el gobernador electo, Gabino Cué Monteagudo, dio el banderazo para iniciar el programa de planeación democrática participativa. Con esta actividad, entiendo que se pretende, entre otras cosas, definir el rumbo que debe tomar la educación en el estado de Oaxaca. Consultar a la sociedad civil, es un esfuerzo que se debe reconocer por su buena intención, pero que implica el riesgo de generar expectativas que después no se cumplan.

No me gustan los foros de consulta ciudadana donde los temas son tan generales, que se puede decir todo o nada. En mi opinión debería hacerse sobre temas específicos de modo que las conclusiones queden suficientemente claras y no se pierdan en agregados o “resúmenes” convenientes.

De cualquier forma, para reforzar los trabajos de planeación, convendría tener presentes algunos referentes importantes, que constituyen diagnósticos bien fundamentados sobre la situación del sistema educativo nacional y lo que es recomendable hacer para superar sus deficiencias.

Uno de esos referentes es el informe que, sobre México, presentó el Dr. Vernor Muñoz a la Organización de las Naciones Unidas (Ver: Informe Vernor Muñoz. A/hrc/14/25/Add.4. 2 de junio de 2010. ONU).

El Dr. Muñoz identifica varios aspectos de la problemática educativa nacional, tomando como referencia el concepto de Derecho a la Educación, tal y como se entiende éste en los instrumentos de derecho internacional (suscritos por el gobierno mexicano) y en las leyes de nuestro país, que constituyen el marco legal al que debe someter su actuar el gobierno de la república, incluyendo al de Oaxaca.

Destaca en el informe lo que el Relator Especial de la ONU llama la complejidad del aparato educativo mexicano, mismo que caracteriza como un conjunto de servicios públicos y privados, que no constituyen realmente un sistema; sino una especie de agregados que, con frecuencia, se ponen obstáculos entre sí en vez de complementarse. Un caso especial de la complejidad de este aparato, es la relación SEP-SNTE, que el autor califica como una simbiosis atípica que limita el desarrollo de la educación en el país.

Otro aspecto importante, es lo que llama el Dr. Muñoz “asimetrías estructurales”, y que refieren a las profundas desigualdades educativas que se observan: entre las zonas rurales del país y las urbanas; entre lo indígena y lo no indígena; entre la amplia oferta de educación y el hecho de que haya un importante número de mexicanos sin educación básica completa ( 46% de la población nacional y el 66% de la población indígena); en fin, entre lo que establece la ley y lo que se hace.

Complejidad y asimetrías, serían los problemas estructurales del aparato educativo mexicano, causas inmediatas, que no últimas, de los males que aquejan a la educación en México.

En el informe se enumeran las deficiencias del aparato educativo que el Relator Especial consideró destacables:

Una de estas deficiencias, es la forma en cómo se da el servicio educativo a las comunidades de menos de 100 habitantes, que por cierto, son el 70% de las localidades en el medio rural.

En estas comunidades se ofrece una educación pobre y con ello se confirma el círculo vicioso que condena a los pobres a recibir una pobre educación: instructores voluntarios con deficiencias en su preparación pedagógica, falta de infraestructura y equipamiento, programas educativos inapropiados e inadecuados para el contexto cultural de la población, ausentismo de los maestros, bajo aprovechamiento escolar (sólo el 40% de lo que deberían aprender) y por tanto poca esperanza de alcanzar niveles superiores de escolaridad, menos del 1% llega a la universidad, cuando el promedio nacional es del 17% de los que ingresan a la primaria.


Otro problema es la atención deficiente a la población migrante que, de acuerdo con el informe que comento, contribuyen con un 70% del llamado rezago educativo en educación básica. Algo similar sucede con la atención a los niños y jóvenes con alguna discapacidad.

Los servicios para la población discapacitada, no cuentan con la infraestructura y el equipamiento adecuados y sufren de la incompatibilidad de dos orientaciones distintas: integración vs educación especial, mismas que hacen incongruentes las curricula de ese nivel educativo. Por otra parte, los programas de educación especial adolecen de apoyos para lo padres de familia, que a veces, prefieren dejar a sus hijos en casa, porque se les dificulta llevarlos al centro de atención.

La calidad de la educación es un tema de particular importancia en el informe del Dr. Muñoz, quien propone que debe elevarse al rango de un componente del derecho a la educación. Señala el autor, que en México el programa Alianza por la Calidad de la Educación, no atiende a la complejidad ni a las asimetrías del aparato educativo mexicano y más bien tiende a profundizarlas. En ese mismo tema de la calidad, señala que la aplicación de pruebas estandarizadas ( ENLACE, EXCALE, PISA), no toman en cuenta la diversidad cultural ni las asimetrías estructurales del aparato educativo mexicano, por lo que tienden a presentar al maestro como el único responsable del bajo desempeño de sus alumnos y su situación de atraso.

La participación social es otro de los grandes problemas de la educación en nuestro país. Los consejos de participación social que establece la ley general de educación, no operan, o lo hacen con muchas deficiencias y limitaciones. Para el autor del informe, no se trata de que la sociedad civil se haga cargo de las necesidades de la escuela, su participación debe ir más allá, hasta cubrir todos los ámbitos y procesos del sistema educativo.

Por último, señala el riesgo de abandonar a la educación mexicana a la inercia deshumanizante de los actuales contenidos educativos, una de las tareas de la educación, dice el autor del informe, es dignificar la vida.

Después de analizar la problemática de la educación en México, el Dr. Muñoz formula algunas recomendaciones que enseguida resumo:


a. Incrementar el presupuesto para la educación hasta alcanzar el 8% y erradicar los costos que se cargan a los padres de familia, sobre todo en las zonas rurales e indígenas.
b. Medidas extraordinarias para combatir el rezago educativo en personas mayores de 15 años de edad.
c. Mayor presupuesto para la educación indígena e intercultural y hacer de esta última una política de Estado para establecer legalmente el compromiso de avanzar hacia una sociedad incluyente y pluricultural.
d. Mayor presupuesto y apoyo para la educación especial.
e. Fortalecer la educación humanista en todos los niveles e instrumentar un programa de educación en derechos humanos, igualdad de género y diversidad lingüística y cultural.
f. Someter a consulta de la sociedad el programa de la ACE para proponer su reforma.
g. Pasar los servicios de CONAFE a la SEP e instrumentar los programas adecuados para dar educación de calidad a las poblaciones marginadas.
h. Fortalecer los servicios de educación a los migrantes y ampliarlos a la secundaria, así como proporcionar apoyo a los padres jornaleros.
i. Fortalecer la participación social en todos los ámbitos y procesos educativos.
j. Desarrollar programas orientados a lograr la exigibilidad y justiciabilidad del derecho a la educación, el estímulo a la participación y el control de legalidad en torno al desarrollo de políticas educativas, basadas en los derechos humanos.
k. Fortalecer la autonomía de los órganos de evaluación, dotarlos de recursos y de un marco legal que garantice su adecuada operación.
l. Construir una instancia intrasectorial encargada de analizar los resultados del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y recomendar acciones y políticas para superar las deficiencias del sistema educativo.
m. Proponer al gobierno federal el reconocimiento y legitimación de los movimientos sindicales independientes de los trabajadores de la educación.
n. Garantizar que los servicios del registro civil sean gratuitos en las zonas marginadas.
o. Realizar estudios de la situación educativa de los pueblos indígenas en particular y de la población rural marginada en general.


Todas estas recomendaciones, pueden situarse como referencias para tratar el caso de Oaxaca y analizar su procedencia. Proponer esto no es gratuito ni un mero ejercicio académico, el informe del Dr. Muñoz constituye de hecho, un conjunto de observaciones al gobierno mexicano, por incumplir los compromisos que asumió al signar instrumentos de derecho internacional, mismos que forman parte del sistema jurídico mexicano y que por ese mismo hecho, son fuente de obligaciones ineludibles.

Del análisis de las recomendaciones del informe Vernor Muñoz, puede inferirse que el mejoramiento de la educación en México, requiere de plantearse los siguientes objetivos:

1. Reordenamiento de los servicios educativos, para configurar un sistema congruente, integrado, funcional, eficiente y de calidad.

2. Fortalecer las políticas de equidad para mejorar los servicios destinados a la población vulnerable (rural-marginal, indígena, discapacitada, migrante y en particular las mujeres).

3. Orientar las reformas curriculares de modo que se fortalezcan los contenidos humanistas (filosofía, historia, literatura, derechos humanos, etc.) en todos los niveles educativos.

4. Fortalecer y dar autonomía a los órganos de evaluación e impulsar la investigación e innovación en educación.

5. Reformar el marco normativo laboral de modo que se reconozca la pluralidad sindicalista de los trabajadores de la educación y

6. Fortalecer el derecho a la educación mediante el diseño de los instrumentos jurídicos que hagan posible su exigibilidad y judicialización.

Estos seis objetivos, bien podrían marcar el rumbo de la educación en Oaxaca, habrá que someterlos a consulta de cara a la sociedad civil, que es lo que pretendo hacer con su publicación.

OAXACA Y LAS METAS EDUCATIVAS PARA LA GENERACIÓN DE LOS BICENTENARIOS

Mientras en todo México celebramos el 15 de septiembre el bicentenario del inicio de la guerra de independencia, en Buenos Aires, Argentina, culminó el Congreso Iberoamericano de Educación: Metas 2021, que inició el día 13 de este mes, y como he anotado, clausuró sus trabajos ayer.

En el congreso se discutió una amplia agenda temática; pero el centro de las reflexiones fue lo que se propone en las Metas 2021 para la generación de los bicentenarios. El documento inicial de la Metas, fue publicado en el 2008 y después de más de dos años de discusiones, análisis y debates, el documento final fue presentado este año y constituye un material de referencia obligado para todos los gobiernos de la región y para la definición de las políticas educativas de sus países y provincias.

El gobierno de México suscribió la propuesta inicial de las metas para la generación de los bicentenarios, seguramente suscribirá también el próximo mes de diciembre, el documento en su versión final y con ello, nuestro país asumirá el compromiso internacional de contribuir al logro de las metas.

La mayoría de los estados del sur-sureste de México y en particular Oaxaca, en tanto que son los que mayores rezagos educativos presentan, deben analizar las propuestas de las Metas 2021 e instrumentar las acciones que permitan avanzar hacia el logro de los propósitos definidos para la región. Las metas a lograr en el 2021 para la generación de los bicentenarios son las siguientes:

Meta general primera
Reforzar y ampliar la participación de la sociedad en la acción educadora

Meta general segunda
Lograr la igualdad educativa y superar toda forma de discriminación en la educación

Meta general tercera
Aumentar la oferta de educación inicial y potenciar su carácter educativo

Meta general cuarta
Universalizar la educación primaria y la secundaria básica, y ampliar el acceso a la educación secundaria superior

Meta general quinta
Mejorar la calidad de la educación y el currículo escolar

Meta general sexta
Favorecer la conexión entre la educación y el empleo a través de la educación técnico-profesional (etp)

Meta general séptima
Ofrecer a todas las personas oportunidades de educación a lo largo de toda la vida

Meta general octava
Fortalecer la profesión docente

Meta general novena
Ampliar el espacio iberoamericano del conocimiento y fortalecer la investigación científica

Meta general décima
Invertir más e invertir mejor

Meta general décimo primera
Evaluar el funcionamiento de los sistemas educativos y del proyecto «metas educativas 2021»

El documento donde se justifican las metas anteriores y se explican sus alcances específicos, así como los indicadores para su evaluación se puede consultar en : http://www.oei.es/metas2021/libro.htm.

En Oaxaca, el 1º de diciembre entrará en funciones el nuevo gobierno cuyo poder ejecutivo estará presidido por Gabino Cué Monteagudo. Su equipo de trabajo seguramente está trabajando entre otras cosas, sobre el rumbo que le imprimirá al desarrollo de los servicios públicos de educación en el estado. Los foros de consulta reflejarán aquello que demandan algunos sectores de la sociedad, los análisis técnicos indicarán el estado que guarda ese servicio público en Oaxaca, y serán los referentes como las Metas 2021, los que permitan definir el rumbo estratégico que el mundo de hoy exige para lograr el desarrollo educativo.

En una colaboración anterior, hice algunos comentarios acerca del informe que sobre el Derecho de la Educación en México, presentó el Dr. Vernor Muñoz a la Organización de las Naciones Unidas. Creo que en Oaxaca deberíamos proponer los objetivos del desarrollo educativo en la entidad a la luz de estos referentes, medir la distancia que separa a nuestra realidad de los escenarios deseables y diseñar los instrumentos y estrategias para acortar dicha distancia. Esta es, ciertamente, una tarea inaplazable.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

¡AY CUBA,CUBA,CUBA!

Tengo, como tal vez muchos mexicanos, un especial afecto por el pueblo cubano y su patria. La Cuba hermosa de playas doradas bajo un sol que, además de dar calor, crea un ambiente que llama a la aventura. Cuba de las mujeres hermosas, resultado de esa mezcla de sangre africana con española. Cuba de la gente alegre. Cuba de los años treinta y cuarenta, tierra de arte; pero también de frivolidades. Cuba de la música que hace que a uno se le suba el santo. Cuba de Carpentier. Cuba de la esperanza juvenil en la revolución. Esa es para mí la Cuba entrañable.

Cuando tenía diecisiete años, Cuba era para mi la tierra del socialismo. Mis amigos, la mayoría de ellos jóvenes revolucionarios, soñaban, al igual que yo, con ayudar a construir el socialismo en la Cuba de Fidel Castro. Poco sabíamos de lo que había costado en vidas, en pérdida de libertad, en infinidad de sufrimientos, el que Castro hubiera llegado y se hubiera mantenido en el poder; sólo veíamos cómo la Revolución Cubana servía de ejemplo a los pueblos latinoamericanos que deseaban conseguir su liberación. O eso creíamos.

A Guillermo Petrikowsky le entró la revolución por la oreja una noche de 1959 cuando escuchaba Radio Rebelde. A mí me llegó el sonido de la revolución en las arengas de la Segunda Declaración de la Habana(1967); cargaba entonces conmigo una pesada grabadora de inmensos carretes y a todo aquel que se dejaba, lo ponía a escuchar el discurso de Fidel en esa hora cumbre de la revolución latinoamericana. Una de mis víctimas fue Jesús Vicente, quien escuchó embelesado el discurso de Castro y la música cubana. Desde entonces Jesús no fue ya el mismo, se transformó en el “Dormis” socialista y coceísta entregado a las causas del pueblo. No sé si fue esa noche que escuchó en Juchitán, en casa de Na Nata, la Segunda Declaración de la Habana, que se convirtió al socialismo o fue mera coincidencia; pero ya no fue el mismo, de niño se convirtió en un adulto que, en el cuerpo de un jovenzuelo, ansiaba la revolución.

En 1974 era un trotskista que amaba a Cuba a pesar de considerarla entonces un país socialista con un “Estado Obrero degenerado”. Sabía de la falta de libertades en Cuba, igual que en la Unión Soviética; pero lo justificaba pensando que los enemigos de la revolución obligaban a un control férreo de la situación. A pesar de las críticas, los resultados estaban a la vista: el pueblo alfabetizado, con un sistema de salud como ningún otro en el mundo, sin problemas de vivienda, alimentos racionados, pero había para todos, no trabajaba quien no quería, la educación y la investigación científica en pleno despegue, las artes puestas a favor de las causas del pueblo, idea esta última que sintetizaba las aspiraciones de justicia, libertad, igualdad, bienestar, cultura, ciencia, democracia, amor, diversión, desarrollo personal y colectivo y sobre todo, fraternidad. Sí, una parte de Cuba sufría la dictadura del proletariado; pero era innegable que representaba un avance para la humanidad y esa realidad revolucionaria estaba en América Latina, a unos cuantos kilómetros de las costas de México.

Después de algunos viajes “revolucionarios”, volví a Cuba en el año 2001, me encontré a algunos amigos y me hice de otros, mi interés se centraba entonces en conocer la experiencia Cubana de lo que llamaban la universalización de la educación superior. La idea llamaba mi atención, porque en una economía planificada, la formación de la fuerza de trabajo calificada responde a necesidades y objetivos específicos y no simplemente a una consigna.

En el auditorio Karl Marx de la Habana, platicaba con un alto funcionario cubano y le pregunté: ¿ Cómo van a conciliar las exigencias de una economía planificada con la política de universalizar la educación superior? No lo sabemos, me respondió, es una idea del Comandante que estamos analizando. Me sorprendió la respuesta: "¿que estamos analizando?" ¡Pero si el programa ya estaba en marcha! Entonces comprendí el abismo que se abría entre la Cuba de la Segunda Declaración de la Habana, y la que ahora tenía la oportunidad de vivir.

La realidad era que el gobierno cubano había despedido a muchos trabajadores de la industria azucarera, por el derrumbe de la Unión Soviética; había perdido su principal fuente de ingresos, y ahora disfrazaba el pago del seguro de desempleo, con el pago de una beca para "reconvertir" a su fuerza de trabajo. Eso era la esencia del programa de universalizar la educación superior, política que se disfrazaba con un discurso socialista de profundizar la revolución avanzando hacia la alta cultura.

Después de la corta plática con el alto funcionario, vino el discurso de Fidel en el escenario del auditorio Karl Marx. Cinco horas duró su discurso que prometió que sería breve,aunque agotado, comprendí el porqué ese hombre es capaz de adormecer a su pueblo con su palabra y llevarlo al sacrificio sin que nadie proteste; claro, mientras dure la ilusión creada por el discurso.

Salimos ya por la tarde del auditorio, el alto funcionario cubano se despidió amablemente de nosotros y nos dirigimos hacia la Habana Vieja, donde encontramos a nuestro amigo, a quien llamaré Lázaro y lo invitamos a comer al paladar que él mismo nos sugirió y donde una vez sentados a la mesa, la dueña se negaba a servirle, hasta que molesto, le pedí que por favor le sirviera, porque era nuestro invitado. Así viven los cubanos, como si fueran refugiados indeseables en su propia patria, la tierra de Martí y del socialismo.

Lázaro no quería comerse la chuleta, no por falta de apetito, sino porque quería llevársela a su mujer e hija, para que se la comieran, pues llevaban años sin probarla. Tuvimos que convencerlo de que si se la comía, compraríamos otra orden para ellas; sólo así aceptó y disfrutó con nosotros la comida.

La casa de Lázaro es como la de la mayoría de los cubanos: pequeña, poco iluminada, en un edificio húmedo casi en ruinas al que nadie parece darle mantenimiento. Los edificios de departamentos de la Habana Vieja, tienen algo que llama la atención, están envueltos en una especie de spaguetti de cables eléctricos que salen por todas partes amenazando con ahorcarte si no tienes cuidado con ellos.

Cuando llegamos a su casa, su joven y bella esposa nos dijo que su hijita había estado enferma del estómago, pero que ya había sanado gracias a que consiguieron bicarbonato y eso la había aliviado. Debe saber el lector que en Cuba es muy difícil conseguir bicarbonato, Lázaro y su esposa tenían algunos gramos de ese polvo envuelto en papel de estraza y guardado en el frío (refrigerador) como si fuese oro molido. Nos dolió ver aquello, al día siguiente le llevamos un frasco gigante de pepto bismol, que no conocían, y les dijimos que hacía el mismo efecto que el bicarbonato, pero en líquido. Lázaro todavía me agradece ese favor; no sé si porque aún conserva el frasco de pepto, que seguramente cuida como la niña de sus ojos.

En ese año y todos los demás hasta el 2006, los cubanos vivieron una especie de resurrección debido a la apertura del sector turístico, que les llevó divisas, reactivó su economía y les hizo abrirse un poco al mundo. Muchas familias cubanas, sobre todo en el medio urbano, reconstruyeron sus casas, compraron algunos bienes duraderos y, lo más importante, lograron ahorrar. Pero algo sucedió en la élite gobernante, eran los tiempos en que Fidel ya comenzaba a verse enfermo y su hermano Raúl aparecía en público como el seguro sucesor del Comandante.

Algo pasó, porque cuando regresamos a Cuba en 2007, el ambiente y el ánimo de los cubanos estaban desconocidos. Otro amigo nuestro, a quien llamaré Juanito, se quejaba amargamente con nosotros: "compadre, habíamos ahorrado algunos dolaritos (pesos cubanos convertibles) y de pronto nos dieron la noticia que el dólar no circularía más en Cuba, y quienes quisieran cambiar sus pesos convertibles, tenían que ir a las casetas de los bancos a cambiarlos por menos de la mitad de su valor, so pena de perderlo todo". Eso fue un asalto a mano armada del gobierno cubano a su población. La gente vio cómo se hacían polvo sus ahorros, ya que el peso convertible se vinculaba al euro y no más al dólar de nauseabundo olor imperialista.

Llegamos a la casa de Juanito, que por cierto había construido otras recámaras y ampliado la sala con lo que le ingresó entre 2000 y 2006. ¡Oh, frío nuevo! le dijimos entusiasmados; pero pronto se nos calló la alegría cuando nos dijeron que el gobierno les había obligado a comprar a plazos el nuevo refrigerador para apoyar la política de ahorro de energía. Estaban muy molestos.

El 2007 no fue ya un año bueno para los cubanos, comenzó a cerrarse la breve apertura al turismo y se desarticuló el incipiente sector privado que floreció, efímero, durante el período especial( 1991-1994) y algunos años después de él. La revolución volvía a cerrar su economía y llamaba a la movilización del pueblo para defender a la patria socialista del imperialismo, que ahora acechaba con mayor ferocidad. Pero el discurso oficial sonaba hueco. El primero de mayo de ese año, la Plaza de la Revolución, escenario de la Segunda Declaración de la Habana, se llenó por primera vez de acarreados al estilo del PRI en sus mejores tiempos.

Supe que, a partir de entonces la cosa no iba a ser igual en Cuba. Por eso Leticia y yo, con lágrimas en el corazón, decidimos no volver, y así ha sido hasta hoy. Me entero ahora de que el gobierno cubano ha despedido a 600 mil trabajadores y que en lo que resta del año, llegarán al millón. Quien haya vivido en Cuba sabe el terrible significado de esa noticia. No serán precisamente los campesinos los que sufran, sino la clase media, el orgullo educativo de la revolución se verá obligada a conducir coco-taxis cargando sus títulos de doctores en economía en la espalda, otros se irán a refugiar al campo bajo la protección de un guajiro natural que los acepte, las mujeres jóvenes, inteligentes y hermosas se prostituirán con viejos adinerados que ahora puedan pagar las altas tarifas del turismo que oferta el gobierno de la revolución.

De mis amigos allá no sé gran cosa, me imagino la angustia que están pasando; lamentablemente no me puedo comunicar con ellos por las restricciones que les impone el propio gobierno, incluso por internet, o especialmente en internet. Espero que estén bien y esta nueva crisis de su país no los afecte demasiado.

Con todo y la decisión de no volver, a veces quiero regresar a la isla; pero no puedo llegar con las manos vacías, al menos, me gustaría ver a mis amigos y poder decirles: ¡vámonos a México, allá las cosas están mejor! Pero sería engañarlos, quizás de modo peor de lo que lo hace ahora Fidel, por boca de Raúl.

Volveré a escuchar la Segunda Declaración de la Habana, tal vez el Fidel de entonces, me ayude a encontrar una salida para contrarrestar al Fidel de hoy y de paso combatir a quienes tienen a México al borde del colapso.

martes, 14 de septiembre de 2010

POLÍTICAS PÚBLICAS Y REZAGO EDUCATIVO EN OAXACA.

En el año 2001, el gobierno de Oaxaca se preocupaba por el servicio público de educación superior en el estado. La reducida cobertura del subsistema, su débil capacidad para retener la matrícula, amén de serias dificultades para el desarrollo de la investigación científica, y en el caso de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” su crónica conflictividad y acendrada crisis, probablemente llevaron al entonces gobernador del estado José Murat, a buscar una salida que permitiera presentar como la obra educativa de su sexenio, un despegue de la educación superior en Oaxaca sería conveniente.

Un año antes el gobierno de la república de Cuba, había anunciado su política de generalizar la educación superior en la isla. Parecía algo demasiado ambicioso aún para los cubanos quienes habían logrado abatir el analfabetismo, hicieron realidad la universalización de la educación básica ( primaria y secundaria), además, todos los niños lactantes, maternales y preescolares estaban siendo atendido y la educación media superior se expandía por toda la isla; de modo que había que pensar que el comandante Fidel Castro hablaba en serio.

En vista del interés del gobierno del estado por dar un nuevo impulso a la educación superior, recomendé entonces, la conveniencia de estudiar el caso cubano, aprender de él cuanto fuera posible y evaluar la posibilidad de aplicar su experiencia en tierras oaxaqueñas. Mis contactos con un sector del mundo académico de la isla y cierta amistad con algunos funcionarios del gobierno cubano facilitaron el que estuviera al tanto de lo que ahí se hacía.

Por otra parte, en Oaxaca, un grupo de especialistas del Instituto Tecnológico de Oaxaca, habían diseñado un modelo de educación superior no presencial que prometía éxito en la empresa. Sus principales características eran: su operación se apoyaba en tecnología de vanguardia en educación no presencial; bajo costo en infraestructura y mantenimiento y muy alta calidad en el profesorado, ya que se podían contratar profesores sin necesariamente desplazarlos de sus lugares de operación académica, gracias a la posibilidad de las clases virtuales y a la asistencia por la vía de la Internet que ya entonces era posible.

El gobierno de Oaxaca me comisionó para entablar pláticas con el gobierno cubano y estudiar su experiencia. Mi objetivo era analizar lo que sucedía en Cuba y evaluar la factibilidad de combinar el modelo cubano con el de educación no presencial que se había desarrollado en Oaxaca, y desde luego su aplicación en las condiciones del estado.

Viajé a la Habana varias veces con esos propósitos y durante esos viajes, me enteré de la causa que en realidad motivaba la política de “universalizar la educación superior”, como un objetivo para fortalecer el avance del socialismo en Cuba; pero de eso me ocuparé en otra ocasión.

De las pláticas con el Vice Ministro encargado de la educación superior en el país, obtuve el acuerdo para que el gobierno cubano nos “asistiera” en nuestros proyectos, con un pequeño costo: aplicar su modelo de alfabetización. En aquel año, la alfabetización no era la prioridad del gobierno del estado, de modo que se me indicó que aceptara el ofrecimiento tomándolo como un modelo piloto, junto a otro de educación básica que después recibió el nombre de MECEOAX-21( Mejoramiento de la Calidad Educativa para el Estado de Oaxaca).

Así fue como finalmente en noviembre de 2003, se firmó el convenio con el gobierno cubano para instrumentar su modelo de alfabetización y el de calidad educativa como proyectos pilotos, en el marco de los cuales, se mantendría la colaboración para avanzar en lo que era la prioridad del gobierno del estado: la educación superior.

El XII Censo General de Población y Vivienda 2000, reportó 457, 212 analfabetas de 15 años o más para el estado de Oaxaca; por su parte, el II Conteo de Población y Vivienda 2005, contabilizó 437, 397 analfabetas, en ese mismo rango de edad.

Reducir a un porcentaje marginal de 4% a la población analfabeta, significaba en el año del 2003, alfabetizar a 438, 923 adultos. Si tomamos las cifras del conteo 2005, reducir el analfabetismo al 4% significaba alfabetizar a 419,901 adultos.

En diciembre de 2004, o enero del 2005, no recuerdo bien, un alto funcionario del gabinete del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, me pidió que elaborara, con base en mi experiencia anterior, un ante proyecto de alfabetización. Acepté el encargo y trabajé en dicho ante-proyecto; recuerdo que cuando lo presenté en una sala del hotel Misión San Felipe, recomendé que, si se aplicaba un programa de alfabetización, se tuviera cuidado de considerar lo siguiente:

a. El programa podría iniciarse como una campaña intensiva de alfabetización en los 40 0 50 municipios que concentran mayor cantidad de población analfabeta en la entidad ( cerca del 40 0 50% del total).
b. La segunda etapa debería continuar en los 100 municipios que concentraran mayor cantidad de población analfabeta hispanohablante, por al menos durante los dos años siguientes ( 2006-2007), mientras se podría avanzar en paralelo preparando materiales para la alfabetización en lengua indígena.
c. Que la alfabetización en lengua indígena se asociara a programas de desarrollo social, con prioridad en las mujeres y adultos mayores y que en ese contexto, se realizaran los trabajos de dotarlos de las habilidades de lecto-escritura y matemáticas elementales, en un ambiente alfabetizador bien definido.
d. Que las metas de alfabetización fueran de 15 o 20 mil personas al año, al principio, aunque las metas de incorporación triplicaran las de alfabetización; y que posteriormente se fueran incrementando.

Posterior a la presentación del ante-proyecto, se realizaron en el IEEPO reuniones de análisis con diferentes dependencias expertas para precisar el diagnóstico y las metas posibles. Quien esto escribe coordinó los trabajos intersectoriales, mismos que entiendo le fueron presentados al gobernador del estado.

Desconozco por qué el programa de alfabetización Margarita Maza de Juárez, abandonó las recomendaciones que inicialmente habían hecho los expertos; y quién o quiénes recomendaron al gobernador del estado las metas desproporcionadas que adoptó el programa

Ignoro todo lo anterior, pero sé que participaron los expertos cubanos ampliando el marco del acuerdo firmado en el 2003, pero ahora en el programa finalmente autorizado por el ejecutivo y que lo hicieron en un contexto diferente al que dio inicio su participación en Oaxaca.

Me parece poco objetivo afirmar que sólo siendo una formación social comunista o socialista, se pueda alfabetizar a la población hasta lograr porcentajes marginales de analfabetismo.

Lo que parece cierto es que la entidad responsable de ejecutar el programa de alfabetización Margarita Maza de Juárez, no logró las metas que se propuso, según lo han declarado a la prensa escrita. ¿Qué sucedió entonces con los recursos autorizados? ¿ Por qué se ha dicho que el programa se cancela si no media un decreto o acuerdo del ejecutivo al respecto? Qué pasará con quienes sufrieron el pago del impuesto para la alfabetización, ¿se les devolverá su dinero en la misma proporción en que las metas no fueron alcanzadas?

Sabemos que en Oaxaca no está reglamentada la responsabilidad en la que incurre una administración que no cumple con las metas propuestas en su plan de gobierno. Podría ser un avance el que la próxima legislatura estudiara el caso del programa de alfabetización Margarita Maza de Juárez y formulara normas al respecto, porque la tarea de alfabetizar y reducir el rezago educativo en Oaxaca, parece ser, a la luz de lo que hoy se ha dado a conocer, una tarea inconclusa.