domingo, 25 de octubre de 2009

¿DE REVERSA?

Vaya lío el que armó el Sr. Nava del PAN con su declaración de que el proyecto de ley de ingresos de la federación fue una propuesta del PRI. Ahora los del tricolor están muy molestos porque ven en la actitud de Nava, lo que en general esconde el PAN y la presidencia de la república: tirar la piedra y esconder la mano, escudándose en el PRI.
Los senadores del PRI regresarán a la cámara de diputados el proyecto de ley, desconocemos ahora cuál será la propuesta que resulte de esta revisión del malogrado proyecto. Se rumora que la presidencia de la república cabildea con intensidad para salvar su futuro; pues de los recursos que la ley le permita recabar depende su capacidad de maniobrar desde el poder. Por lo pronto, hay quienes piensan que su ligereza le costará a Nava el puesto de dirigente del PAN.
En el PRD, se ve ahora la posibilidad de robar cámara, aprovechando el enojo del tricolor y están en eso, quieren elaborar una propuesta con el PRI, que no presione mucho a los contribuyentes y con esto mejorar su imagen en las próximas elecciones. Quienes la han pasado mal son los diputados del revolucionario institucional, porque votaron por disciplina y ahora tienen que desandar sus pasos y revisar en serio el proyecto de ley de ingresos. Algunos están molestos y de ahora en adelante, dicen, tendrán más cuidado al votar ¿Será?
Más allá de los chismes y berrinches, lo que todo esto pone al descubierto son dos cosas: que nuestros diputados, lejos de escuchar el consejo de que se deben a sus electores, siguen sometidos a sus cúpulas partidistas y que el diseño de las estrategias, en este caso fiscales, poco tienen que ver con el propósito de superar la crisis que vive el país.
Si nuestros diputados siguen ahogando su capacidad de análisis y razonamiento, con las consignas que les dictan las dirigencias de sus partidos y se esfuerzan por velar más por los intereses de camarillas que del bien público, el disgusto de la ciudadanía se transformará en acción política y cada vez más se elevará el tono de las exigencias por reformas profundas. El juego de los partidos políticos debe definirse bajo la estrategia de proteger e impulsar aquello que convenga a toda la nación y, en su caso, proteger a los más vulnerables.
Los bandazos que ahora da el PRI, muestran que sus estrategias parlamentarias, se definen en función de sus intereses de corto plazo, mismos que tienen que ver con su reposicionamiento en el poder federal y no con una plataforma política sustentada en el interés público. El PAN, en su desesperación por tener alguna oportunidad de gobernar, se preocupa más por los problemas de caja, que por los serios problemas del país. El PRD, perdido en sus confrontaciones internas, no parece tener propuesta alguna, o al menos hasta ahora no ha dicho esta boca es mía, mientras sus aliados menores, hacen gala de la violencia y la burla como sustitutos procaces de la retórica parlamentaria. Hay pobreza en nuestros tribunos.
Las propuestas que algunos economistas han formulado para salir de la crisis, tienen que ver con la ampliación de la base fiscal, el control del gasto público y fortalecer la confianza reactivando el mercado interno, entre otras. El gobierno del PAN ha hecho todo lo contrario. Nadie parece ocuparse de la economía real y reducen la discusión a los problemas financieros del gobierno federal, como si con eso se garantizara la reactivación de nuestra economía.
Los secretarios de Hacienda y de Gobernación, ante la posibilidad de que la reacción del PRI los deje sin recursos para el 2010, han salido a defender lo indefendible. Siente uno vergüenza ajena al escucharlos.
Mientras todo esto sucede, la población ve reducidos sus ingresos, las deudas bancarias y comerciales agobian a la clase media; los pobres se vuelven miserables y los miserables delincuentes. En una escalada incontenible, la población más afectada se vuelca a la ilegalidad. Quienes piensan que el estallido social se dará pronto, convendría decirles que ya ha comenzado. Todos esperan ver a revolucionarios vestidos con uniformes y un fusil al hombro; no es así, el levantamiento de una parte de la población ya comenzó con el incremento de la criminalidad hace un par de años. Así empiezan las grandes transformaciones sociales, de modo imperceptible y bajo formas inesperadas; la otra imagen, la de la revolución social es un estereotipo que se revela tardíamente.
Que el lector no espere buenos augurios si la clase política del país no se ocupa de los problemas nacionales y abandona su sectarismo partidario. Es urgente un acuerdo nacional con objetivos y políticas claras, ese acuerdo podría iniciarse con el paquete económico del 2010 esa es la tarea de los partidos que están en el congreso. Es muy probable que el movimiento social en México, a la luz de la experiencia del SME comience a articularse y a formar el gran frente social que le podría dar sustento a un eventual acuerdo político para salvar al país.

miércoles, 21 de octubre de 2009

LAS LECCIONES DEL SME

Sorprende la cantidad de artículos que se han publicado en la prensa nacional sobre el asunto del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y la empresa Luz y Fuerza del Centro(LyFC). Las posiciones van desde el apoyo incondicional al SME de quienes se reclaman de izquierda, además de sindicalistas, hasta los que aprueban la decisión del presidente Felipe Calderón de extinguir a la empresa y le aplauden de pie, sin dar muestra de pudor alguno.
En medio están los que “matizan” su opinión de apoyo al sindicato, diciendo que la empresa Luz y Fuerza estaba enferma de burocracia, que ciertamente las pérdidas eran cuantiosas, pero que al fin de cuentas el SME sólo obtuvo lo que el gobierno acordó en darle como parte de sus prestaciones, por inconciencia, incompetencia, temor o lo que fuera; lo cierto es que los privilegios de que gozaban los trabajadores, fueron acordados con los funcionarios públicos desde hace ya varios años, desde que el PRI dominaba el gobierno federal y así continuó con el PAN hecho gobierno.
Otros aprueban con “reservas” la decisión presidencial, aceptan que la medida de cerrar LyFC fue un recursos extremo pero necesario y sostienen que : la economía de las empresas públicas se sanea con mano firme y mandando al desempleo a miles de trabajadores, ni modo ese es el costo.
Los que critican en voz baja la medida, dicen que resulta estúpido cerrar la empresa, despedir a trabajadores enfermos de corrupción y burocratismo, para después recontratarlos en empresas públicas que no han llegado a los extremos de Luz y Fuerza, sólo para contaminarlas; o los otros, aquellos que ponen en duda la legalidad de la medida adoptada por el presidente.
Y así habrá muchas más: a favor o en contra de la decisión del presidente o a favor y en contra del SME; sin embargo, no he leído o escuchado opiniones que cuestionen la legalidad de las negociaciones y acuerdos que hubo entre el gobierno y el sindicato, porque esto implicaría a funcionarios públicos de origen priísta y panista; tampoco he leído nada acerca de la burocratización del SME y los vicios que, en esas condiciones, afectan al sindicato; porque esto llevaría a revisar la situación de otras organizaciones como la de petróleos mexicanos, el SNTE, la de los telefonistas y otras más.
En cuanto a la decisión del presidente, hubiera sido deseable que se llamara a cuentas a los funcionarios que llenaron de privilegios y recursos al SME, para que se le fincaran responsabilidades por crearle pasivos impagables al gobierno federal y por tanto a la población, y además por no cumplir con el mandato constitucional, que exige que las empresas públicas sean eficientes y eficaces.
El segundo aspecto del problema es más complejo, porque tiene que ver con la crisis de los sindicatos en México. Desde la década de los 70´s, período de auge del sindicalismo democrático, el Estado creó los mecanismos de su incorporación al sistema político, dejando que el discurso hueco de los “nuevos sindicalistas”, inundara las calles y las plazas públicas, pero cuidando de que sus acciones no consolidaran un frente clasista, por demás peligroso. Ya en los años ochenta los gobiernos neoliberales se encargaron de minar a las organizaciones de trabajadores desmantelando poco a poco las condiciones jurídicas que les daban sustento y garantías. En los años 90´s la globalización se encargó de desmantelar lo poco que quedaba de los pequeños y medianos sindicatos. ¿ Qué sucedió con los sindicatos democráticos y las grandes centrales obreras? Sufrieron el proceso conocido como “aristocratización”, que hace de los obreros piezas dóciles, cuyos sindicatos gozan de muchos privilegios, y en los que un grupo de trabajadores muy bien pagados los dirigen, mientras controlan al resto con la esperanza de que lograrán mejorar su situación y metiéndoles en la cabeza que , a diferencia de otros trabajadores, gozan de un “poder” real sobre sus centros de trabajo: el poder proletario. Nada más falso.
La aristocracia obrera fue siempre el sector de los trabajadores que mediatizó y mediatiza la lucha de los sindicatos, permitiendo el control de las organizaciones laborales, mientras se alienta la imagen de sindicatos independientes y combativos, que en realidad resultan inocuos. El caso es paradójico pero aleccionador: mientras más logros obtiene un sindicato y más poder burocrático se le delega, corre el riesgo de corromperse y en nada distinguirse del viejo charrismo sindical. El llamado sindicalismo independiente, en su mayoría, está enfermo de aristocracia obrera y su separación del Estado, para el caso de las empresas públicas, está en relación inversa a sus privilegios burocráticos.
El SME y otras organizaciones obreras “democráticas” e “independientes”, comparten el mal de la burocratización y sufren a sus propias aristocracias. Esa es la lección que da el Sindicato Mexicano de Electricistas, una que llama a la revisión profunda del sindicalismo en México, de aquel que hizo posible, en los ya lejanos años setenta, la insurgencia sindical en nuestro país.
Habrá que ver si existen las condiciones para que resurjan las organizaciones laborales en México, aquellas que sepan solidarizarse con sus compañeros de clase y con el resto de la población en situación de marginación y de pobreza; pero no queriendo enarbolar la bandera de cada sector del pueblo, asumiéndose como iluminados, por encima de todos los trabajadores; sino sirviendo desde su centro de trabajo con honradez y compromiso social, y que como organización, eviten recibir los privilegios que los otros no tienen, buscando lograr el principio de: a igual trabajo igual salario, consolidando su democracia interna y construyendo un compromiso con el resto de los trabajadores.
Adicionalmente, un nuevo equilibrio entre salario y capital es urgente y necesario. La vía de la reforma fiscal es una, hace falta la de la reforma laboral, de la que poco o nada se ha dicho.

jueves, 1 de octubre de 2009

CRISIS Y UNIVERSIDAD.

La crisis internacional que azota hoy a México, ya se ha comentado, es la peor que hemos vivido en nuestra historia contemporánea. Lo que no se ha dicho es que la dependencia en materia de conocimiento que sufre la mayoría de los países del mundo con respecto a unas cuantas metrópolis, nos llevará en breve, a una situación nunca antes vivida por la humanidad: la esclavitud científica y tecnológica.
Las instituciones de educación superior de un puñado de países del mundo, son las que producen más del 60% de los conocimientos que hacen posible la vida moderna. Las industrias de esos países, son los principales motores del desarrollo tecnológico del orbe. Fuera de los Estados Unidos de Norteamérica, Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido, el resto de los países del mundo, aportan muy poco al desarrollo científico y tecnológico. En esto América Latina y menos aún México, nada tienen que ver. Nuestra esclavitud, científica y tecnológica, está pues garantizada.
Es preocupante darse cuenta qué poco se ha hecho para remediar la situación de México en materia de política del conocimiento y de desarrollo tecnológico; pero es alarmante percibir que lo que en el ámbito internacional es una notable concentración de la capacidad de producir ciencia y tecnología, en nuestro país se sufre, además, como una espantosa desigualdad: en estados como Oaxaca, la universidad autónoma intenta sobrevivir, manteniendo al mínimo sus servicios,
Las universidades públicas en México, están condenadas a la muerte por inanición si no actuamos de inmediato y entre ellas corren mayor riesgo las universidades que como la Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) sobreviven con un subsidio miserable. Hoy, más que en otros momentos de nuestra historia, salir de la crisis pasa por el apoyo a nuestras universidades y de éstas, a las que están en mayor riesgo.
Si evitar la esclavitud que propicia la ignorancia es tema estratégico para México, hacer justicia a los miles de jóvenes que desean realizar una carrera universitaria es impostergable: La ciencia no flota en el éter de la sapiencia, se encarna en profesionistas y hombres de ciencia; por eso, desarrollo y justicia van de la mano y en Oaxaca, si algo falta, es que se le haga justicia al pueblo de Benito Juárez y a la universidad a la que él dio origen y nombre.
Es abismal la diferencia de apoyos a las Universidades Públicas del Sur y Sureste de la República en relación con el resto del país, por citar un dato: la relación del costo por alumno en proporción al monto de la media nacional de las demás instituciones de educación superior, es inferior para los estudiantes de la UABJO, para lograr la equidad en este rubro se requiere un presupuesto anual de cuando menos mil 200 millones de pesos.
Al ser la UABJO, la universidad pública que absorbe al 60 por ciento de la población estudiantil en el Estado de Oaxaca, hace que el fenómeno del crecimiento poblacional evidencie la necesidad y urgencia de incremento del subsidio presupuestal; pero al mismo tiempo representa la justificación para rescatar programas de inversión a los sistemas productivos estatales que permitan la proyección y puesta en práctica de nuevas carreras en la UABJO, además de privilegiar la Investigación en todas las áreas y gestionar los campos clínicos en el ámbito nacional, para los estudiantes de medicina, con nuevas opciones educativas.
Hace unos días, en el senado de la república se promovió un punto de acuerdo solicitando recursos para la UABJO. El acto es intachable; pero la intención preocupa por lo que puede ser: un hecho que justifique una supuesta lucha por el incremento del subsidio que oculte un interés desestabilizador. La actual huelga de la universidad puede ser el inicio y es necesario que se tomen medidas ahora.
La UABJO no está condenada al fracaso, creo firmemente que existen soluciones que no se ha intentado construir; pero que no se pueden postergar. En nuestro sistema de universidades y principalmente en nuestra Alma Mater, centramos nuestra esperanza de que Oaxaca constribuya a que el país salga de la crisis y se reconozca el potencial que, en sus hombres y mujeres, encierra nuestro estado.