sábado, 19 de febrero de 2011

CORAZÓN MALTRECHO

Hace años me tomaron un electrocardiograma
Viendo las líneas, parecían cifrados indecisos de lo que en mi interior pasaba
Llevé mis resultados al médico que me asistía
Y observó preocupado los trazos temblorosos.

Carne de moteles, ojos de desvelos, hígado de bares
Corazón de plaza pública.

¿Qué tengo doctor? - le pregunté asustado
¿Algo malo? le insistí.

Parece una mujer que en tu corazón está encerrada
¿Cómo? - exclamé asombrado
!Una intrusa encerrada está en mi pecho¡
Seguro se quedó dormida y yo sin enterarme.

¿A caso no habita ella tu corazón entero?
¡Ay! Doctor le respondí afligido
Pues mire que lo habita donde salir no ha querido
ya saldrá cuando apetezca, no soy quien
para negarle el paso, aunque después me duela sentir mi corazón vacío.

Pues vacío no está, dijo el galeno
¡Y ahora que lo observo, no es mujer sino una niña!

Sangre de aventura, cuerpo extraviado en dos o más amores
pieza de taberna con aroma insomne de cerveza.

¿Quién ha visto a su hija preñada de luna nueva ?
Avalancha de estrellas fugaces
¿por qué tenían que sepultar mi vida?

Escuché lo que el médico me dijo
No pude evitar que el corazón se me encogiera
A penas y pude contener el llanto
Respiré profundo para evitar lanzar, sin quererlo, a aquella niña de mi pecho
pues recordé al instante: era mi pobre nieta muerta sin nacer, hacía ya tiempo.

En las líneas temblorosas de mi electro, pude reconocer su tierno rostro.
Duerme niña de mi corazón, le dije al mismo tiempo que me tocaba el pecho.
¡Y yo que pensaba en una intrusa!

Dios que está en los cielos no dejó que su existencia se manchara con la vida
se la llevó con él y en su infinito amor, quizás movido por mi pena,
la dejó reposar en este corazón enfermo.

Tierra de olvido, piel de páramo sediento
estandarte sin asta, espada sin guerrero.

Supongo que desde entonces descansa ella en mi pecho
Y temo que el electro pudo haberla despertado.
Duerme corazón, duerme tranquila
que por más males que padezca este corazón casi deshecho
No habrá mejor lugar para tu sueño
que éste, en lo profundo de mi pecho.

Será necesario otro electrocardiograma para estudiar tu corazón enfermo
¡Déjame Maurilio! le dije airado
que electro ni que nada
que mi nieta duerme apacible en su morada
que es mi corazón. . ., aunque esté enfermo.

¡Pero puedes morir! Me dijo el galeno preocupado
Prefiero morir a interrumpir su sueño
Y si mi corazón deja de latir, mejor aún
Que así, estará en reparo
Y tendré a mi nieta conmigo, al menos un buen tiempo.

Salí del consultorio con aquel mi electro en una mano
quería mostrarle al mundo la imagen adorada.
Vagué de calle en calle
recorrí inmumerables pueblos polvorosos
y ciudades pobladas en exceso.

Y cuando a la gente mi electro le mostraba
Veía en sus rostros la pena y la sonrisa
Y queriendo consolarme me decían:
"Buen hombre , pero si es sólo la imagen de un pobre corazón maltrecho."

¿A qué saben las noches sin cervezas?
¿A qué sabe la soledad nocturna?
saben a sombras plateadas de amargura.

Loco, seguí mis pasos perdido por el mundo
Tocandome el pecho y con la diestra
Mostrando a todo el que pasaba aquel electro
Sonoras carcajadas repetía

Aun cuando me ría
no me crean. . . estoy triste
sólo que me apena que me vean.

Diciembre de 2009

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