El presidente Felipe Calderón declaró que la economía del país muestra signos de recuperación; pero muchos se apresuraron a contradecirlo. Lo que se puede observar y sentir, es que los ingresos de la mayoría de las familias mexicanas resultan cada vez más precarios. Algunos especialistas en economía, afirmaron que la recuperación del país puede iniciar en el 2012, lo cual no es nada alentador; mientras tanto ¿qué proponen los gobernantes y los líderes políticos en México? Nada nuevo, ni siquiera algo que dé confianza en el futuro.
La crisis económica por sí misma es dolorosa; pero lo temible es la ausencia de respuestas por parte de quienes ostentan la dirección del país. El gobierno federal se ha limitado a decir que combatirá la pobreza; pero no queda claro el cómo. Los partidos políticos parecen paralizados y algunos que alzan la voz, lo hacen para criticar al gobierno, pero no proponen nada y lo peor es que, al parecer, sus posiciones ganadas en algunos estados o en el congreso federal, no sirven de gran cosa.
La receta económica que sigue el gobierno federal, se agota en los contenidos del llamado Consenso de Washington, no parece haber más propuestas. El tristemente célebre Consenso, comenzó siendo una receta para reestructurar la deuda de países como México y terminó siendo un "modelo" de política económica que hasta su autor se ha encargado de descalificar (John Williamson). El mismísimo Carlos Salinas de Gortari ha afirmado que el Consenso de Washington, ha sido utilizado para desmantelar economías enteras, como fue el caso de la ex Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas (URSS); de modo que entiendo que hoy, al aplicarlo a nuestro país, se desmantela la economía de México ( Ver: Carlos Salinas de Gortari. La "Década perdida". 1995-2006. Neoliberalismo y populismo en México. Random House Mondadori, S.A. de C.V. 2008. México.). Nadie parece dispuesto a detener esta siniestra misión.
En el contexto de este inercial mutismo, continúa la masacre en la llamada guerra contra y entre el crimen organizado; por otra parte, la pobreza obliga a la acción criminal, y no me refiero sólo a los ciudadanos comunes, sino a quienes desde el poder se corrompen y actúan de manera ilegal. Algunos han llegado a sentirse salvadores de la patria y se atreven incluso a sostener que la acción fuera de la ley, es el método correcto para combatir al crimen organizado. Paradojas de este tipo irán apareciendo con más frecuencia; porque cuando un sistema se cierra, sus contradicciones internas comienzan a consumirlo. No me refiero a un "sistema social"; sino a un sistema de pensamiento. Si buscamos soluciones a un problema nuevo, mal haríamos en cerrarnos en el conjunto de ideas y premisas que con su aplicación, produjeron los males y limitarnos a él para construir respuestas. Por principio debemos abrir nuestra manera de pensar.
Desde luego no basta con ser receptivo a las nuevas ideas, hay que ser además juicioso vemos porqué:
El Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha señalado con valentía las causas de los males que nos aquejan. Su reclamo surge a raíz del desprecio que la derecha siente por la alta cultura y más aún, por la educación popular.
El Dr. José Narro Robles hizo un análisis de la situación del país y sus rezagos en materia económica, social, educativa y científica y su conclusión fue terminante:
Hay en el país una creciente desigualdad, combinada con una concentración de la riqueza. México es una nación desgarrada, porque en su interior coexisten localidades con un índice de desarrollo humano igual al de los Estados Unidos y otras por debajo del promedio de los países africanos (José Narro Robles. Educación superior para el desarrollo. En la revista "Este país. Tendencias y Opiniones. Octubre de 2009. pp.23-29).
La causa de todo esto reside en el hecho de que quienes dirigen los destinos del país, se basan en modelos teóricos y no en la realidad social de México. Dice el Rector de la UNAM: si se piensa en salir de la crisis, más allá de lo circunstancial, el Estado debería ver hacía la educación, sobre todo hacía la educación superior.
Quizá no aporte el Dr. Narro nada nuevo al diagnóstico de la situación de México, lo novedoso no es lo planteado por el Rector, sino su actitud: el tomar partido por quienes quieren a México y trabajan para lograr su desarrollo y la mejoría de su población. Poco a poco se irán deslindando los campos. Más y más líderes de instituciones nacionales, líderes de opinión, intelectuales, artistas, científicos y simples ciudadanos irán definiendo su postura por uno u otro bando.
No veremos un escenario maniqueo de buenos contra malos, porque cada quien definirá su postura desde el lugar en el que se encuentre, y esto irá matizando la situación; pero el sentido general será el de la inevitable definición, pero se complicará, porque los políticos oportunistas se pronunciarán a favor de quienes vayan ganando terreno en esta lucha sorda por salvar a México y será difícil distinguir entre quienes actúan por convicción y los hipócritas.
Esto de "salvar a México" no es retórica. La URSS, como he dicho, fue prácticamente desmantelada y la nueva Rusia se repuso sobre un Estado en ruinas . Varios países de Oriente Medio y África están siendo saqueados a la vista de todos, lo mismo que nuestro país.
El Dr. José Narro se ha definido desde su alta investidura como Rector de nuestra Alma Mater. Otros no tardarán en hacerlo.
Un ejemplo es el siguiente: en el reciente número de la revista Nexos del mes de noviembre, Jorge G. Castañeda y Héctor Aguilar Camín, han formulado su propuesta ( Un futuro para México. Nexos. Nº 383, noviembre de 2009, pp.:34-49). Ambos son hombres inteligentes y con una sólida formación académica, además de una variada experiencia política. De sus planteamientos no daré cuenta, sino en otra entrega en este mismo espacio editorial. El lector interesado podrá, en todo caso, consultar lo que ellos proponen en la citada revista, por lo pronto sólo quiero contrastar la posición de estos autores con la del Dr. José Narro.
El Rector de nuestra Máxima Casa de Estudios ha definido su postura desde una posición plenamente identificable: la rectoría de la UNAM. Esto permite valorar las ventajas y los riesgos de lo que el Dr. Narro declara y propone, todo ello en función de intereses visibles: lucha por incrementar el presupuesto de la institución que dirige y se propone mejorar a la Universidad Nacional, que además es una institución pública. No sucede lo mismo con Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín ¿ cuál es el locus desde el que analizan la situación del país? ¿ cuáles son los intereses que representan, si es que representan alguno?
No quiero que se me mal interprete, no estoy en contra ni critico a priori lo que ambos autores proponen, por el contrario, algunas de sus propuestas, como ya lo explicaré en un artículo próximo, me parecen interesantes; lo que quiero destacar es que en este proceso de definiciones individuales y grupales que se harán públicas con motivo de la difícil situación que vive el país, es importante que quien proponga o declare, lo haga a partir de una posición identificable y con los intereses que defienda o represente puestos en el tapete; ya que es de esperar que nadie que actúe dentro de la ley y honestamente, debería ocultar sus propósitos.
Castañeda y Aguilar Camín formulan su propuesta desde la revista Nexos, ¿ son esos los intereses que representan? No lo dicen. ¿ Representan a alguna organización ciudadana con fines establecidos? No lo sé. ¿ Lo hacen a titulo personal? No lo aclaran. En fin, no se trata de descalificar sino de identificar de dónde parte la propuesta para comprenderla mejor.
La forma de hacerlo, en mi opinión, es identificar el lugar y los intereses de donde surgen y motivan los argumentos, después vendría la reflexión sobre lo que se afirma y posteriormente, continuar el diálogo que permita las coincidencias o mejor aún, que enriquezca los planteamientos, todo ello en el contexto de un proceso de comunicación donde impere el respeto hacia el interlocutor y sus propuestas.
Vivimos tiempos de definiciones, quizá lo único bueno que ha traído la crisis. Tengo la confianza en que sabremos, como país, construir un México mejor; debemos empezar por escucharnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario