lunes, 10 de mayo de 2010

AMENAZAS Y COMPROMISOS

Las amenazas de muerte contra la candidata a gobernadora del Partido Unidad Popular (PUP), María de los Ángeles Abad Santibañez obligan no sólo a la reflexión sino a tomar medidas urgentes para proteger su integridad y la de los otros candidatos.
Comenté en un artículo anterior, que los actos de provocación son un factor que estará presente en estas elecciones, y quienes le apuestan a la anulación de las elecciones del 4 de julio están, al parecer, dispuestos a todo, y ese “todo”, incluye el asesinato político.
Reprobamos con energía estos actos con los que pretenden amedrentar a la señora Abad Santibañez; sabemos que lejos de asustarla, han servido para contrastar su valentía personal contra el fondo obscuro que forma la cobardía de quienes la amenazan.
No tengo duda de que , sus partidarios sabrán tomar las medidas mínimas de seguridad para proteger a su candidata; el haber presentado la denuncia ante las autoridades es una buena medida, elevar su postura como protesta a escala nacional e internacional, pondrá a pensar a quienes se proponen hacerle daño.
Otros candidatos y personalidades, de los otros partidos y coaliciones, no están a salvo de los actos de provocación, insisto en que las autoridades deben garantizar su seguridad y todos ellos deberían pronunciarse en un documento conjunto, por la no violencia y la civilidad en las próximas elecciones; el caso de María de los Ángeles Abad Santibañez, podría ser un buen motivo.
Si la violencia es el contexto que marca la suerte del país, y en particular las condiciones en las que se desarrollan las campañas este 2010, la crisis económica es otro elemento de suma importancia.
Eviel Pérez Magaña logró mucha resonancia con su compromiso de cancelar el pago de la tenencia vehicular, que se da ya como un hecho si triunfa. Tratándose de medidas anticrisis, el respaldo que logren en la población está garantizado; el problema será cumplirlas.
En el caso particular de los impuestos sobre el patrimonio familiar o personal, todos son vistos como afrentas. En una buena lógica, se puede afirmar que se castiga el éxito de los propietarios en lugar de premiarlo: en México pareciera que es malo poseer bienes, se encomia la pobreza y se vitupera la prosperidad.
En otros países y culturas, la posesión de bienes no se sanciona, se alienta. Finalmente el ahorro y las propiedades de los individuos y las familias, son parte de la riqueza nacional; si se cuida que esa riqueza privada, se vuelva productiva, se convierte en un formidable aliento para la economía. Es bueno entonces revisar el modelo fiscal que hoy tenemos con criterios diferentes, orientados a lograr la prosperidad de todos, no a castigar la que logren algunos.
Sin embargo, no todas las reformas fiscales son posibles en el ámbito estatal, mucho del entramado impositivo es de orden federal y modificarlo no es un compromiso que pueda asumir un candidato a gobernador. Por eso, los candidatos deberán pensar en otras medidas, además de aquellas que desde lo local, puedan disminuir la carga fiscal que pesa sobre la población.
El éxito que tuvo Eviel Pérez Magaña al comprometerse a eliminar el pago de la tenencia vehicular, da muestra de que la población sabe escuchar y apoyar las buenas propuestas. Son compromisos de este tipo los que deben asumir los candidatos para motivar el voto ciudadano y no los trillados lugares comunes de las campañas de viejo cuño.
Desde luego, los asesores electorales deben buscar los temas que eleven la preferencia por sus candidatos; pero escuchar o recibir de manera directa las propuestas de la población motiva el debate ciudadano, que además del debate de los candidatos, enriquece la jornada cívica.
¿Dónde están los espacios en los que la ciudadanía pueda debatir y proponer? Desde luego en los medios. Bien harían los diarios de la prensa escrita y virtual, las radiodifusoras, la televisión, Internet y otros medios, al abrir y motivar el diálogo entre los votantes, y ser una referencia en función de la cual, puedan y deban pronunciarse los candidatos. Esto puede sonar a una amenaza, no es la intención, pero sin duda, es una propuesta.

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